Cómo acabarán el año los tipos: del 0% de Japón al 51% de Argentina

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  • Se espera un aumento hasta diciembre de 100 puntos básicos de la Fed

En la historia económica mundial, 2022 se estudiará como el año en el que los bancos centrales tuvieron que dar un volantazo para reconducir su política monetaria y tratar de reducir una inflación desbocada.

No sólo han sido la Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) los bancos centrales que han comenzado un proceso de subida de tipos: es algo generalizado a lo largo y ancho del planeta, con algunas jurisdicciones, como Brasil o Canadá, adelantándose incluso a los movimientos de la Fed, al haber comenzado el proceso de subida de tipos antes que la institución estadounidense. Brasil lo hizo en marzo de 2021, mientras que Canadá empezó con el proceso el pasado marzo, pocos días antes de que lo hiciera la Fed.

Las excepciones son países como China, que está peleando contra un frenazo en el crecimiento por nuevas olas de contagios de Covid; Japón, que sigue abogando por una política monetaria muy expansiva; o Turquía, cuyo presidente, Recep Tayyip Erdogan, tiene su peculiar visión del impacto de la subida de tipos en la inflación (considera que subir tipos la alimenta todavía más, al contrario de lo que opina la gran mayoría de economistas en el mundo, y de lo que demuestran los datos contrastados). El resto está embarcado en un proceso de subidas de tipos que parece que los expertos esperan que continúa en los próximos meses.

Dentro del grupo de países que conforman el G20, añadiendo otras economías como Noruega, Dinamarca o Suecia, los que más van a subir los tipos de interés en los cinco meses que restan al año son Argentina, en primer lugar, México en segundo y Australia en tercero. El primero es el país que tiene ahora el tipo de interés más alto de toda la lista, de más del 51%, y el consenso de analistas cree que va a verse obligado a incrementarlos de aquí a diciembre hasta el 53,7%. Es un tipo desorbitado, pero se ajusta a las difíciles circunstancias que atraviesa la economía del país, uno de los que más sufre la hiperinflación en todo el mundo, con una tasa interanual del 64% el pasado mes de junio.

México es el segundo país que más incrementará los tipos de aquí a diciembre, si se cumplen las previsiones, y pasará del 7,75% actual hasta el 9,45%, un incremento de 145 puntos básicos. Lo hará con el objetivo de reducir una inflación que en junio ha crecido a un ritmo del 7,99% interanual, el más rápido desde el año 2001.

Australia aparece en tercer lugar en la lista de países que más van a subir los tipos en los próximos 4 meses, pasando del 1,35% al 2,65%.

Aumento previsto en EEUU
Estados Unidos es el cuarto país que más va a subir los tipos hasta diciembre, más de 100 puntos básicos, pasando del 2,5% hasta el 3,55% a cierre de año, si se cumplen las previsiones de los expertos. Sin embargo, una vez los tipos alcancen este nivel, no se espera que vayan mucho más allá, con el consenso esperando que toquen techo el año que viene, en el 3,75%, y que en la segunda mitad de 2023 dé comienzo el proceso de bajada de tipos. Eso sí, la inflación deberá haber empezado a caer para entonces, o la Fed lo tendrá difícil para justificar un recorte en el precio del dinero.

«La Fed no ha terminado de subir los tipos. Esperamos que los suba otros 100 puntos básicos más en lo que queda de año, lo que llevaría el tipo de los fondos de la Fed al 3,25-3,5% en diciembre. Pero el aumento de los riesgos de recesión, la caída de la capacidad de fijación de precios de las empresas, la fortaleza del dólar y la posible bajada de los precios de la gasolina deberían contribuir a reducir la inflación rápidamente en 2023», explican desde J. Safra Sarasin. «Creemos que la Fed está preparada para cambiar su estrategia a finales de este año y recortar los tipos a partir del próximo verano», resumen desde la firma suiza.

Sólo China bajará tipos
El gigante asiático se está viendo obligado a moverse a contracorriente. Es el único país de la lista que bajará los tipos de aquí a diciembre, ya que se espera que estos se sitúen en el 4,3%, frente al 4,35% actual. El caso de China es especial, ya que su banco central, el Banco Popular de China, utiliza como principal herramienta de su política monetaria el nivel de reservas de capital exigidos a la banca del país.

De esta forma modula la cantidad de liquidez que quiere introducir, o retirar, del sistema, para calibrar su política monetaria de una u otra forma. Ahora, con la inflación en tasas más normalizadas que el resto del mundo, en un 2,5% interanual el pasado mes de junio, los expertos esperan que China opte por suavizar su política monetaria en los próximos meses, ya que su economía se está enfrentando a riesgos importantes en este momento, como la crisis de endeudamiento de las grandes promotoras inmobiliarias y los confinamientos ante las oleadas de contagios de Covid.

En el caso de Japón, los expertos esperan que no mueva un dedo de aquí a diciembre, y que la institución que preside Haruhiko Kuroda siga impasible, con los tipos de interés al 0%. La inflación se mueve ahora en el 2,4% en el país y parece mucho más estable que en otras jurisdicciones, ya que esta cifra supone un pequeño descenso desde los niveles de inflación de mayo, que fueron del 2,5%.

Hay que recordar que Japón es la principal economía que se caracteriza por tener que lidiar con la amenaza de la deflación, ya que desde el año 2000 en varias ocasiones el IPC ha entrado en un terreno negativo de evolución anual.

La zona euro, camino al 1,25%
El Banco Central Europeo (BCE) confirmó el 21 de julio su primera subida de tipos desde 2011, que ha dejado el precio del dinero en el 0,5%. No será la última de este año: los analistas esperan que el organismo suba tipos otros 75 puntos básicos, hasta dejarlos en el 1,25% a cierre de 2022. Los analistas consideran que la institución que preside Christine Lagarde continuará aumentando el precio del dinero el año que viene, hasta alcanzar el 1,75% en verano, entre los meses de junio y julio. En este nivel los tipos habrán tocado techo, si se cumplen las previsiones, ya que desde ese punto los pronósticos anticipan que el BCE empezará a bajar tipos, y que terminará 2023 en el 1,50%.

Desde Pimco, el gestor Konstantin Veit cree que «si bien contemplamos que el BCE lleve a cabo menos subidas de tipos de las que está descontando el mercado, debido a unas perspectivas de crecimiento económico más débiles, la inflación en la zona euro probablemente se mantenga alta durante el resto del año, y meterá presión al BCE para actuar en el corto plazo», explica.

La probabilidad de recesión aumenta
La subida de tipos que se está produciendo en todo el mundo tiene como objetivo frenar la inflación, pero hay muchos analistas que creen que este objetivo no se va a conseguir sin antes generar una recesión, alimentada por el endurecimiento de la política monetaria en todo el mundo. Por ello, parece que el incremento de los tipos de interés continuará hasta que se produzca una recesión en toda regla y es algo que cada vez más analistas consideran inevitable, al menos en Estados Unidos.

Tiffany Wilding, economista especializada en Norteamérica en Pimco, advierte de que «la inflación ha sido en la mayor parte del mundo más persistente de lo que anticipaban muchos bancos centrales. Esto ha impulsado la preocupación de que se necesitará una recesión para volver a recuperar la estabilidad de precios. Esto parece ser especialmente cierto en EEUU, donde, aunque la inflación probablemente irá bajando en los próximos meses, los salarios y la inflación de alquileres ha acelerado», explica.

Steven Bell, economista jefe de Columbia Threadneedle coincide, al señalar que «los tipos de interés están orientados al alza y estamos en un camino claro hacia la recesión en EEUU y Europa. En el primero, las presiones de demanda son tan fuertes que la Fed va a tener que ingeniar una recesión para llevar la inflación a su objetivo. La inflación está siendo fuerte y acelera en dos áreas clave: los alquileres y los salarios», señala.

¿Conseguirán su objetivo?
El indicador de expectativas de inflación (indica la inflación que descuentan los mercados para el periodo de 5 años que empezará dentro de 5 años) es uno de los datos que más vigilan los bancos centrales para decidir el rumbo de su política monetaria, y ahora, de cara a conseguir cumplir con el mandato de estabilidad de precios, Europa está mejor posicionada que EEUU según este indicador.

Ya sea por la amenaza de una recesión mucho más grave en la zona euro que en Estados Unidos, el dato de expectativas de inflación está en línea con el objetivo del BCE, en el 2,06% para la zona euro, mientras que en EEUU se mueve en el 2,6%. El panorama tendrá que cambiar mucho, y deberá confirmarse una rápida caída de los precios para que estos dos bancos centrales consigan su objetivo, ya que la eurozona continúa a día de hoy marcando récords históricos de inflación, con el dato de julio rozando el 9% interanual.

 


 

  Fuente: Canal digital eleconomista

 

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