La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) ha publicado su último informe mensual sobre la situación del mercado del petróleo, y en esta ocasión incluye varios elementos de cara al futuro que, de cumplirse, van a presionar al alza a los precios del petróleo.
De hecho, el recurso energético reaccionó ayer al alza tras la publicación del informe de la Agencia, con una subida que, a media sesión de bolsa estadounidense, se mantenía en el entorno del 1%, llevando al barril a recuperar los 98 dólares, un nivel que perdió la semana pasada. El Brent acumula ya 5 jornadas consecutivas de subidas.
Las dos cuestiones más importantes están relacionadas con Rusia. La primera, la sustitución de gas ruso por petróleo, por los elevados precios que ha alcanzado el primero. Según los cálculos de la agencia, el consumo de petróleo aumentará este año en 2,1 millones de barriles frente al año anterior, un avance del entorno del 2%.
Esta estimación de demanda para 2022 supone un incremento de 380.000 barriles diarios desde la previsión anterior que manejaba la agencia. Aunque la amenaza de la recesión apunta a que castigará al crecimiento del consumo de crudo el año que viene, los altos precios que ha alcanzado el gas lo colocan como una alternativa atractiva.
Falta de oferta
La cuestión de la producción es clave, pero lo que parece que va a estrechar más la diferencia entre la oferta y la demanda es el deterioro que espera la IEA para la oferta rusa el año que viene, una vez la nueva tanda de sanciones europeas entren en vigor.
Según calcula la Agencia, la producción de petróleo por parte de Rusia se va a deteriorar un 20% el año que viene por esta medida. Teniendo en cuenta que Rusia es uno de los mayores productores de crudo del mundo, supondrá un golpe importante para la oferta del recurso energético.
En cifras, la IEA pronostica que el deterioro de la producción en 2023 será de 2 millones de barriles diarios sólo en Rusia. Hay que recordar que, a partir del 5 de diciembre, los miembros de la Unión Europea han acordado paralizar las compras de petróleo ruso.
Aunque China está sustituyendo parte de la demanda que antes provenía de la Unión Europea, no parece que vaya a ser suficiente para evitar un deterioro del consumo por las sanciones: el país asiático ya importa 2,1 millones de barriles rusos, frente a los 1,8 millones que está importando la Unión en la actualidad.
Ahora, además, la OPEP tiene las manos atadas: en la última reunión han acordado aumentar la oferta en unos tímidos 100.000 barriles diarios, y ayer publicó su pronóstico de que el año que viene habrá sobreoferta de crudo. Sin embargo, es un análisis que no comparte la IEA: con poca capacidad extra de producción, ya que muchos de los miembros del cártel están llegando a sus límites, desde la agencia consideran que “un aumento de oferta más fuerte es muy poco probable en próximos meses”.
FUENTE: ELECONOMISTA.ES
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