El sector augura «tensiones» de stock en las tiendas
La falta de abastecimiento de botellas de vidrio ha alterado el calendario de los cavistas, que se han visto obligados a posponer «entre tres y cuatro meses» el embotellado de algunos productos de gama superior, especialmente el cava rosado envasado en cristal transparente. El presidente de la patronal AECAVA (Asociación de Elaboradores del Cava), Damià Deàs, detalla a la ACN que la previsión era embotellar los rosados a principios de primavera y no lo han podido hacer hasta bien entrado el verano. Deàs advierte que este decalaje condicionará la futura salida a la venta: «Puede haber tensiones de stock los próximos dos años». Para evitar que se repita este retraso, algunas bodegas están adelantando el grueso de la compra de botellas que preveían adquirir en invierno.
El actual retraso en el embotellado evidencia una falta de abastecimiento de vidrio que el sector del cava arrastra los últimos meses. Deàs señala la coincidencia de varios factores: la acumulación de pedidos a los vidrieros después del paro de la covid –tanto con respecto a botellas como de conservas–, la crisis logística con el encarecimiento de precios del transporte y un auge de ventas de cava que está acelerando la actividad en las bodegas. Habitualmente, las bodegas concentran las tareas de envasado durante los primeros meses del año «porque las temperaturas frías garantizan una mejor conservación de los vinos». «El primer cuatrimestre hacemos la parte más potente de la tirada de todo un año, mientras el resto de meses se hacen pequeñas embotelladas», añade.
A partir del momento en el que el cava es envasado, tienen que pasar 9 meses de envejecimiento para los productos más básicos. En cambio, los cavas ‘prémium’ requieren 18, 30 o 36 meses dentro de la botella. Este año no han podido embotellar algunos de los productos de más calidad hasta hace pocas semanas y este retraso genera ciertas preocupaciones en los elaboradores.
Deàs precisa que la próxima Navidad no se notarán problemas de stock en los comercios, ya que el cava de más calidad se envasó hace más de un año y medio. Con respecto a los productos más básicos, se han podido hacer pequeñas tiradas y las bodegas también disponen de stock suficiente en los almacenes. El presidente de la patronal lamenta que el retraso de embotellado de ahora sí que condicionará las campañas de algunos cavas ‘prémium’ el 2023 y 2024.
La falta de botellas que ha vivido el sector últimamente ha llevado a los cavistas a acelerar los pedidos que tenían previsto hacer a los vidrieros durante la recta final del año. Si bien la falta de vidrio blanco es compleja de resolver «porque parte de una materia prima más costosa», las bodegas se están entregando a comprar botellas verdes, de uso mayoritario.
Quieren asegurarse de que en invierno no tendrán problemas de abastecimiento de este envase, justo cuando llegue la época fuerte de introducir el cava a las en las botellas. En el caso de Vilarnau, por ejemplo, ahora tienen acumulado el 30% de las botellas que necesitan para la tirada de todo uno el año. «Es obvio que nosotros también estamos contribuyendo a estresar la demanda de las cristaleras», admite Deàs, que justifica que «en las bodegas se está haciendo un esfuerzo de tesorería por asumir ahora estos pedidos, pero es que nadie quiere perder en enero el tiempo de crianza que ya se ha perdido ahora». El presidente de la patronal, sin embargo, se muestra optimista a medio plazo y confía en que en cuestión de uno o dos años el ritmo de producción de vidrio se habrá equilibrado a la demanda de los cavistas.
Fuente Canal digital: segre
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