“La oferta de maíz se prevé menor en Estados Unidos y en la Unión Europea y eso hizo subir los precios”Con una suba semanal en Chicago mayor al 6,5%, el precio del maíz sumó fundamentos alcistas
La posición septiembre aumentó ayer US$4,42 y terminó la jornada con un ajuste de 263,27 dólares por tonelada; en el Matba Rofex el contrato abril del grano argentino concluyó el segmento comercial con una ganancia del 8,6 por ciento
De las últimas ocho ruedas de negocios, el maíz cerró siete con resultado positivo en la Bolsa de Chicago y consolidó así una nueva ola alcista que, más allá de la siempre relevante acción de los fondos de inversión, tiene por fundamentos centrales cuestiones propias del mercado agrícola: la chance de una cosecha estadounidense 2022/2023 más baja que lo previsto hasta pocas semanas atrás y las malas perspectivas vigentes para la producción del cereal en la Unión Europea, que obligarían al bloque a incrementar sus importaciones.
Al cierre de las operaciones, ayer las pizarras reflejaron subas de US$4,42 y de 5,61 sobre los contratos septiembre y diciembre del maíz, cuyos valores resultaron de 263,27 y de 261,50 dólares por tonelada. En el balance de la semana estas posiciones ganaron un 6,8 y un 6,6% frente a los 246,44 y a los 245,36 dólares del viernes anterior. Esas ganancias trepan al 9,4 y al 8,8% en la comparación con los ajustes de la rueda del martes 16, tras la cual comenzó el raid alcista, de 240,54 y de 240,24 dólares.
La desmejora que experimentaron los cultivos de maíz estadounidense en las últimas tres semanas –la proporción de cultivos en estado bueno/excelente pasó del 61 al 55%– comenzó a influir en forma más determinante sobre los precios con el inicio, el lunes, del ProFarmerTour, una tradicional gira técnica de cuatro días organizada por la publicación Farm Journal que relevó campos en los siete Estados agrícolas más importantes de Estados Unidos.
Con reportes publicados al cierre de cada jornada, los especialistas fueron ponderando rindes de maíz inferiores a los vistos un año atrás, con la única excepción de Minnesota, donde las plantas mostraron una mejor condición que en la recorrida hecha en 2021. Del lado negativo se ubicaron Iowa, Illinois, Indiana, Nebraska, Ohio y Dakota del Sur.
Esos reportes alentaron la especulación de los inversores con ver el número final de la cosecha estadounidense debajo de la proyección hecha por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) en su último informe mensual, de 364,73 millones de toneladas, por un rinde promedio nacional de 110,09 quintales por hectárea. Esa especulación se tradujo en compra de contratos y, consecuentemente, en precios en alza.
Ayer, luego del cierre del mercado, el ProFarmer le dio la razón a los especuladores al proyectar la producción 2022/2023 de maíz en Estados Unidos en 349,49 millones de toneladas, un 4,2% por debajo de la última previsión oficial y un 9% detrás de los 383,94 millones de toneladas recolectados en la campaña 2021/2022. Los técnicos estimaron el rinde promedio en 105,51 quintales por hectárea.
De confirmarse esta nueva estimación aportada por los privados en el transcurso de la cosecha –las labores comenzaron en los Estados del sur estadounidense–, las actuales existencias finales previstas por el USDA en 35,27 millones de toneladas podrían caer hasta uno de los niveles más bajos desde la campaña 2013/2014, cuando sumaron 31,29 millones. Para evitar eso, seguramente el organismo ajustaría su previsión de exportaciones, hoy planteada en 60,33 millones de toneladas.
Con Ucrania todavía en guerra con Rusia –la salida de granos está resultando más lenta de lo previsto tras el acuerdo de Estambul y la producción en 2022 se prevé muy por debajo de 2021–, menores exportaciones estadounidenses podrían favorecer a Brasil y a la Argentina, los países que ocupan, detrás de Estados Unidos, el podio de los mayores abastecedores mundiales de maíz.
A esta situación que se plantea en EE.UU. se suma la crisis productiva generada en la Unión Europea por la sequía y por la prolongada ola de calor sobre los principales países productores, que recientemente llevó al USDA a reducir de 68 a 60 millones de toneladas su estimación sobre el volumen de la cosecha 2022/2023 y a elevar de 16 a 19 millones las necesidades de importaciones del bloque europeo, contra los 70,98 y los 16 millones de toneladas del ciclo 2021/2022, respectivamente. Hoy, sin embargo, el mercado considera más certeras las cifras proyectadas por la consultora francesa Stratégie Grains, que en el último reporte mensual ajustó su cálculo de producción de 65,40 a 55,40 millones de toneladas y el de importaciones, de 17,10 a 20 millones.
Durante las próximas semanas buena parte de las especulaciones irán abriendo paso a datos concretos por el avance de la cosecha de maíz en el hemisferio Norte. La volatilidad todavía tendrá espacio en la formación de los precios, pero la misma tendrá como base valores que hoy se mantienen en un nivel históricamente elevado en Chicago.
Impacto dispar de las subas en el mercado local
En la plaza doméstica de granos las subas externas tuvieron ayer un fuerte impacto sobre el Matba Rofex. En efecto, las pizarras mostraron alzas de US$9,80 y de 10,50 sobre los contratos septiembre y diciembre del maíz, cuyos ajustes fueron de 243 y de 246 dólares por tonelada. En el balance semanal estas posiciones ganaron un 6,1 y un 6,5% frente a los 229 y a los 231 dólares vigentes el viernes anterior.
Para abril, el contrato que marca la entrada de la próxima cosecha en el circuito comercial, el mercado de futuros reflejo un alza de US$11,50 dólares al cerrar en 238 dólares por tonelada, un valor que implicó una suba semanal del 8,6% en la comparación con los 219,10 dólares del cierre de la semana pasada.
En el mercado físico las propuestas de los exportadores por el grano con entrega inmediata se mantuvieron estables en 225 dólares por tonelada para las terminales del Gran Rosario y en 250 dólares para Necochea, mientras que para Bahía Blanca subieron de 260 a 265 dólares.
Fuentes del sector comercial explicaron a LA NACION que el mercado de maíz viene mostrando un buen ritmo de ventas en los últimos días, con productores que convalidan las propuestas de la demanda para las entregas inmediatas para cubrir necesidades puntuales de dinero ante el inminente inicio de la siembra 2022/2023. Además, en muchos casos, quienes recién terminaron de cosechar optan por entregar el grano directamente a los compradores, de manera de evitar gastos de fletes cortos, acondicionamiento y de almacenaje.
Otros vendedores por estos días están usufructuando ofertas de exportadores que buscan garantizarse una entrega fluida de maíz y ofrecen entre 10 y 20 dólares por encima de los valores actuales para descargas entre octubre y noviembre.
En el mercado de exportación, ayer el valor FOB del maíz en los puertos argentinos para los embarques entre agosto y febrero subió de 284 a 289 dólares por tonelada. Este precio tuvo un alza semanal del 2,8% frente a los 281 dólares vigentes el viernes anterior.
Compras y registros
Según el último informe semanal sobre compras de la exportación publicado por la Secretaría de Agricultura de la Nación, el sector adquirió al 17 del actual 36.544.100 toneladas de maíz 2021/2022, un 3% menos que las 37.682.500 toneladas negociadas a igual momento del año pasado. De ese total, 7.030.600 toneladas –el 19,2%– permanece “a fijar”, es decir, sin precio firme.
En cuando a las declaraciones juradas de ventas al exterior, sobre un “volumen de equilibrio” fijado en 36 millones de toneladas por el Gobierno, los exportadores registraron operaciones por 32.687.183 toneladas hasta ayer.
En su último informe mensual de estimaciones agrícolas, la Secretaría de Agricultura de la Nación elevó de 58 al 59 millones de toneladas el volumen de la producción de maíz 2021/2022 –comercial y uso propio– y mantuvo en 36 millones de toneladas el cálculo sobre las exportaciones, dato este último que representa el 61% de cosecha. En la campaña 2020/2021 la producción sumó 60,50 millones de toneladas y las ventas externas, que alcanzaron los 40,90 millones, fueron equivalentes al 67,6% de esa oferta, según las cifras oficiales.
Por las cifras anteriores, y por la necesidad de un mayor ingreso de divisas, el mercado prevé que el “volumen de equilibrio” podría ser elevado por el Gobierno en breve hasta los 38,50/39 millones de toneladas sin comprometer las necesidades del consumo local.