Desde que la inflación tocó techo, el sector ha recuperado un 16% en bolsa
Algunos productos que invierten en el sector pierden la mitad que los índices en el año, gracias, también, al euro, y cuentan con el aval de una volatilidad inferior a la de la media de su categoría a largo plazo en un momento en el que la tecnología recupera un 16% en bolsa desde sus mínimos anuales.
Durante años invertir en el sector de la tecnología ha sido casi sinónimo de ganar dinero. En Estados Unidos, por ejemplo, el Nasdaq 100 ha subido en once de los doce últimos años, con excepción de 2018, cuando perdió un 1%, y del actual, que retrocede nada menos que un 20%. Y Europa ha seguido prácticamente el mismo camino. Quizás por eso, atraídos por sus ganancias, un 32,5% de los españoles invierte en ella, según una encuesta de eToro, siendo uno de sus dos sectores preferidos, junto con el de la energía. La normalización de las políticas monetarias se ha convertido, sin embargo, en su enemiga, y los precios de estas cotizadas han bailado al son de las expectativas del mercado. Desde que éste empezó a descontar que la inflación podría haber tocado techo (lo que permitiría a los bancos centrales pisar el freno a la hora de subir los tipos), el sector recupera un 16% en bolsa y ha reducido a la mitad, también, las pérdidas que llegaron a acumular los fondos de tecnología a finales de mayo. Algunos, incluso, son capaces de perder la mitad que los índices este año, gracias, también, al euro, y cuentan con el aval de una baja volatilidad a largo plazo.
A pesar de que por definición unos tipos más altos obligan a aplicar una tasa de descuento más alta para valorar los flujos futuros de caja, con el consecuente impacto que esto puede tener en este tipo de negocios de largo plazo, lo cierto es que sus fundamentales no se han resentido. Es más, a pesar de sus caídas en bolsa, que llevarían al sector a firmar su peor año desde 2008 de terminar ahora el año, los beneficios esperados hoy en día para las cotizadas del Nasdaq 100 superan en un 4% las estimaciones que existían a principios de año, cuando aún no se vislumbraba que los tipos subirían con tanta rapidez. En concreto, se espera que las ganancias conjuntas del índice superen los 674.000 millones de euros, según datos de FactSet, y que crezcan a doble dígito en los dos próximos años. En concreto, un 13% en 2023 y un 14% en 2024.
Ahora bien, a la pregunta de cuánto cree que durará el repunte de las grandes tecnológicas visto en las últimas semanas, Peter Choi, senior research analyst de Vontobel Quality Growth Boutique explica que resulta difícil predecir la trayectoria a corto plazo de la economía y los tipos de interés, y las fluctuaciones macroeconómicas se dejarán sentir en estas empresas. “Es de suponer que los inversores en este tipo de compañías serán optimistas en cuanto a sus perspectivas a largo plazo, pero también tendrán en cuenta la posible volatilidad a corto plazo derivada de la ciclicidad económica”, dice Choi, quien señala que durante la actual fase de ventas han encontrado “valoraciones que nos compensan cada vez más por la volatilidad a corto plazo, y aprovechamos la oportunidad para aumentar nuestras posiciones en las participaciones tecnológicas”.
Los fondos que mejor resisten
En un año de inestabilidad para estas cotizadas, algunos fondos de inversión combinan buenos resultados (pierden menos que los índices) y cuentan con la garantía de que, en el pasado, sus rendimientos han sido menos volátiles que los de la media de la categoría. Esto último se mide a través de la desviación estándar, que analiza la dispersión de sus rentabilidades frente a su media en un determinado periodo de tiempo. Entre aquellos más estables en un plazo de tres años que mejor se comporta este año, destaca, por ejemplo, DNB Fund Technology retail A (N), con una pérdida del 3,19% en el año y unas ganancias anualizadas superiores al 17% en tres años. Invierte principalmente en acciones que operan en los sectores de tecnología, los medios de comunicación o las telecomunicaciones, o que están asociados con ellos. Y siempre bajo un prisma de gestión activa. Entre sus principales posiciones aparecen nombres tan conocidos como el de Microsoft, Alphabet, SAP, Facebook o Deutsche Telekom.
