«Anteriormente, los bancos centrales tenían que garantizar que la demanda no se desplomara en caso de shocks externos o de un excesivo ajuste de la política monetaria que condujera a una fuerte caída del valor de los activos financieros y reales. Sin embargo, tras el estallido de la guerra en Ucrania, deberán recalibrar la demanda final para adaptarla a las limitaciones de la oferta resultantes de la nueva situación geopolítica», explica en un comentario Yves Bonzon, CIO del banco suizo Julius Baer.
No obstante, Bonzon indica que este ajuste de la demanda será distinto, pues el punto de partida es diferente en cada una de las regiones (EEUU, Europa o China). «La Fed debe seguir ajustando su política en una economía en desaceleración, mientras que el BCE tiene que normalizar la suya en un entorno que ya podría estar en ligera recesión«, comenta. Una tarea que no es sencilla, ya que, subraya, «la Fed, en un contexto radicalmente nuevo, no sabe cuándo el reducido nivel de demanda será compatible con el potencial de oferta de su economía». Por lo tanto, concluye, el organismo liderado por Jerome Powell «aumentará gradualmente el costo del capital hasta que las presiones sobre los precios estén claramente bajo control».
FUENTE: ELECONOMISTA.ES
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