El sector bancario se aleja de ‘El Dorado’: la crisis detiene el viento a favor del alza de tipos

El sector bancario se aleja de El Dorado
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El sector bancario se aleja de El Dorado


La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, señaló el pasado febrero el camino hacia ‘El Dorado’ de la banca al abrir la puerta a futuras subidas de los tipos de interés en la zona euro, tras seis años en negativo. Las cotizaciones de las entidades, también de las españolas, se encumbraron ese mes confiadas en haber encontrado la vereda hacia la lluvia de ingresos que iba a llegar. Ahora, y escasos siete meses después, el BCE apunta hacia otra dirección en la que en vez de riqueza se espera una recesión. Sin que la banca haya notado aún en sus balances los efectos de la subida de los tipos de interés, que tardará casi dos años en materializarse al completo, afronta diferentes retos que mermarán las bondades de la normalización de los tipos.

1. Crédito más caro

El euríbor ha cogido velocidad y está al borde de tocar el 2%. Este 1 de septiembre, el principal índice de referencia para los préstamos ya se situaba en el 1,851%, cuando a cierre de diciembre estaba en negativo, en el -0,501%. El indicador ya ha subido 2,35 puntos porcentuales en los nueve meses que va de año, una anomalía, según señalan los expertos, porque lo habitual es que en un año no oscile más de medio punto porcentual. Esta ha escalada ha encarecido, y de forma considerable, las hipotecas de los clientes que tienen el préstamo a variable. Concretamente, la hipoteca media cuesta ahora 2.000 euros más al año que en diciembre. En la actualidad, la cartera hipotecaria de la banca a los hogares asciende 494.800 millones de euros, un volumen del que el 65% está referenciado a variable. De ahí, la lluvia de ingresos que se esperaba para el sector una vez fueran repreciando los préstamos. El caso de las empresas es similar. Con una cartera de 561.000 millones de euros en crédito, también dos terceras partes (una a variable y otra de préstamos a corto vencimiento) están condicionadas por la subida de los tipos, incrementando el esfuerzo financiero de las compañías a la hora de pagar sus préstamos.

De momento, la morosidad sigue a la baja, pero familias y compañías podrían tener problemas a la hora de cumplir con sus obligaciones con la banca a medida que se encarece la cuota que tienen que pagar. Del mismo modo, la subida de tipos también ha encarecido los intereses a los que los bancos comercializan los nuevos créditos. En el caso de las hipotecas, la TAE (Tasa Anual Equivalente) comercializada por la banca en julio, que incluye préstamos tanto a variable, fijo y mixto, fue del 1,98%, cuando a cierre de junio tocó su nivel histórico más bajo, en el 1,5% TAE. El crédito a las empresas también se ha encarecido en los últimos meses. El interés medio de la financiación hasta 250.000 euros ha subido un 11% hasta situarse en el 2,56%. Para los créditos de entre 250.000 euros y un millón, se ha encarecido un 19,4%, rozando el tipo el 1,7%. Finalmente, para créditos superiores a un millón de euros, el tipo se ha encarecido hasta un 22%, situándose de media en el 1,37%. Un mayor coste del crédito tanto para familias como para empresas reduce la demanda mermando los ingresos del sector por las menores operaciones. De hecho, el sector financiero ya percibió una menor demanda crediticia en el segundo trimestre del año, excepto en las hipotecas.

2. Cierre de la financiación

La banca ya ha empezado a endurecer el acceso al crédito. Según revela la Encuesta de Préstamos Bancarios realizada por el Banco de España, durante la primera mitad de 2022 se ha producido un endurecimiento de las condiciones de financiación de las empresas y de los hogares, con un fuerte repunte de los costes de la emisión de deuda corporativa y una contracción de la oferta de préstamos. Esta contracción de la oferta se debe al mayor riesgo que perciben las entidades financieras y también a la menor tolerancia por parte de estas a asumirlos. De hecho, este cierre del grifo de la financiación se ha reflejado en un aumento de la proporción de préstamos denegados en todos los segmentos de crédito durante este período. Además, las entidades bancarias anticipaban ya en junio peores escenarios para los próximos trimestres, con mayores requerimientos para el acceso al crédito y muy especialmente en el caso de las pymes, más vulnerables a las adversidades de la economía.

3. Caída del consumo

La caída del consumo ya ha empezado a materializarse y eso ya es un signo de las incertidumbres de la ciudadanía sobre la economía. Las consumidores, con la lección aprendida de la última gran crisis, y ante el temor de una nueva recesión tienen al ahorro para protegerse las espaldas. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ya dio este martes la primera voz de alarma. Las ventas del comercio minorista cayeron en julio un 3,3%, a pesar de tratarse de un mes vacacional, y de que no se esperara un retroceso del consumo hasta este mes de septiembre, cuando el efecto de la subida de tipos comenzara a palparse en la economía. Un retroceso del consumo también tiene efectos directos para la banca a través de la vía de los ingresos. A menor uso de las tarjetas de crédito, las TPVs y los sistemas de pago, menores ingresos para el sector financiero. Las entidades acusaron de forma relevante la ausencia de estos ingresos durante la pandemia, ya que con los confinamientos el consumo frenó de forma radical.

4. Remuneración de depósitos

La subida de los tipos de interés es un arma de doble filo para la banca porque, al igual que incrementa sus ingresos por la vía del margen de interés, una subida relevante de la facilidad de depósito también supondría las exigencias del cliente de ser remunerado. Con la subida de tipos de 50 puntos básicos de julio, la facilidad de depósito se situó en el 0%, tras varios años en negativo en el -0,5%. Ahora, el mercado espera tres subidas más antes de que finalice el año (una en septiembre de 65 puntos básicos; otra en octubre, de 59 puntos básicos y otra en diciembre, de 45 puntos básicos), que si también se aplica a la facilidad de depósito se colocaría en el 1,69% para final de año. Con este tipo, la banca tendría que comenzar a remunerar los saldos de los clientes en entornos del 0,5%, ya que siempre llevan un decalaje por detrás de la tasa. Hasta el momento, la mayoría del sector, salvo Bankinter, Sabadell y algunas entidades de menor tamaño, no remuneran los depósitos ni lo esperan. La banca pretendía esperar a finales del año próximo para hacerlo, una vez que ya notaran casi al completo el alza de tipos por la vía de los ingresos. Sin embargo, la velocidad de las subidas y las campañas de remuneración que ya han iniciado algunos bancos podrían anticipar los tiempos de bonificación de saldos para evitar una fuga de los clientes. Además, el mercado también descuenta más incrementos de las tasas, concretamente cinco subidas de 2,7 puntos porcentuales en su conjunto.

5. Tributo a la banca

El gravamen a la banca del Gobierno de Pedro Sánchez se comerá una parte muy relevante de los ingresos de más que le van a reportar la subida de los tipos de interés. El Ejecutivo anunció a inicio de verano que impondrá un tipo del 4,8% sobre el margen de intereses y las comisiones netas de los bancos, siempre y cuando sus ingresos fueran superiores a los 800 millones de euros en 2019, antes de los impactos de la pandemia. El Gobierno pretende recaudar 3.000 millones de euros con esta medida a lo largo de dos años, ya que, de momento lo plantea como un gravamen transitorio para ayudar en un escenario económico presionado por la inflación, el alza de la energía y la guerra entre Rusia y Ucrania. Además, la Federación Bancaria Europea (EBF, por sus siglas en inglés), encabezada por la presidenta del Santander Ana Botín, ya avisó de que esta tasa la acabarán pagando los clientes porque la normativa bancaria en vigor exige a las entidades repercutir todos los costes en precios. Sin embargo, la norma del Gobierno fija una sanción del 150% del importe repercutido a los usuarios. Tanto la EBF como las patronales españolas (AEB y CECA) consideran que el gravamen del Ejecutivo, lejos de ayudar a la economía, tendrá el efecto contrario, ya que perjudicará a la capacidad de recuperación del sector y a la capacidad de financiar la economía. El consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, señaló el pasado 28 de julio que el tributo podría mermar la concesión de crédito en 50.000 millones de euros.

6. Subida de los costes

La banca no es ajena a la inflación y también nota la subida de precios en sus gastos. Las seis entidades cotizadas del país cerraron el primer semestre del año con un incrementos de los gastos de explotación del 8,5% frente al mismo periodo del ejercicio anterior, hasta situarlos de forma conjunta en los 21.500 millones de euros. Un año antes estaban en los 19.800 millones de euros. Este alza de los costes llega especialmente por el incremento de precios que deben asumir por la inflación, aunque algunas entidades, como Santander y BBVA con mayor presencia internacional, también reflejan el impacto del tipo de cambio.

7. Fin de las carencias ICO

El pasado mes de junio concluyeron los periodos de carencia de los préstamos avalados por el ICO y concedidos a empresas, pymes y autónomos durante los peores momentos de la pandemia para reforzar su liquidez. La banca comenzará a ver ahora la capacidad real de estos acreedores para afrontar sus deudas. El Banco de España avisa de que hay más de 93.000 millones de euros en crédito (tanto a empresas como a hogares) susceptibles de caer en impago y un empeoramiento de la economía eleva las probabilidades de empujarlos.

Dudas sobre la recesión

BBVA Research, el área de análisis de BBVA, prevé que en España se dé una recesión en 2023. Según sus estimaciones, el PIB crecerá un 4,1% este año pero rebaja a la mitad la subida para 2023, del 3,3% al 1,8% avisando de una recesión técnica que supondría “la contracción más suave de la historia económica de los últimos 40 o 50 años”. Sin embargo, la gobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, aseguró en una entrevista reciente para Telva que descarta una recesión en nuestro país. “Nosotros no vemos en el horizonte inmediato una recesión en España ni muchísimo menos”, dijo. Esta misma postura mantiene Goldman Sachs, que prevé una crisis en el conjunto de la eurozona, pero no en España, para la que estima crecimiento.


Fuente Canal digital: eleconomista

 

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