Se pueden sacar pocas conclusiones de una semana especialmente extraña en bolsa. El dato de inflación de Estados Unidos estaba llamado a ser salvador o verdugo de unas bolsas que llegaron a encarrilar hasta seis jornadas consecutivas en rojo antes del jueves. Un dato peor de lo previsto consolidaría unos nuevos mínimos del año y uno mejor serviría para aliviar la creciente tensión a las puertas del inicio de la temporada de resultados del tercer trimestre.
Pues bien…
Llegó el jueves y ese dato fue peor de lo que los analistas esperaban. Desplome. El Nasdaq abrió el melón con caídas superiores al 2%, contagiando lógicamente a un parqué europeo que ya traía pérdidas de la mañana. Sin embargo, a los pocos minutos, todo se dio la vuelta formando un reversal como hacía tiempo no se veía. Desde los mínimos a los máximos del día hubo una amplitud de 4 puntos porcentuales.
Estas ganancias se extendieron también al viernes y la única explicación plausible es que el mercado hubiese ya descontado un dato muy malo y al ver que solo era malo, se activasen las manos fuertes para volver a entrar en bolsa. Esto, unido a que, según fuentes del mercado, hubo un claro movimiento de cierre de posiciones cortas (cerrarlas conlleva comprar esas acciones para poder devolverlas y por tanto aumenta la demanda de títulos).
En todo caso, la semana concluyó con el EuroStoxx 50 en verde, con un alza de algo menos de medio punto, mientras que el Ibex cedió un 0,6%. El más alcista fue el Dax alemán, con un avance del 1,6%.
Desde el punto de vista técnico la semana ha sido importante ya que «las caídas han llevado de nuevo al Ibex 35 a poner a prueba la zona de soporte clave que hace tiempo venimos señalando como el dique de contención que debe mantenerse en pie para que no se abra la puerta a un contexto bajista del orden del 15% adicional», explica Joan Cabrero, asesor de Ecotrader.
«Estos niveles son los 22.500 puntos del Ibex con dividendos y los 7.000 puntos del selectivo principal; en este entorno de soporte recomienda comprar de un modo agresivo siempre que se asuma que las posiciones hay que cerrarlas si se pierden esos 7.000», agrega el experto.
«Por el contrario, para que se alejen los riesgos bajistas y podamos confiar en un rebote, es necesario ver que el EuroStoxx 50 logra batir los máximos de la semana pasada en la zona de los 3.500 puntos, lo que confirmaría un patrón de giro al alza que invitaría a comprar bolsa europea con stop bajo los 3.250 enteros», concluye el experto.
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Dentro de la bolsa española, ha destacado sobremanera el rebote de IAG, que en la semana se ha anotado un 11%. Este jueves la aerolínea anticipaba sus resultados del tercer trimestre, mucho mejores de lo esperado, además de que para el final del año apuntaban que no están viendo un deterioro en el ritmo de reservas. Le siguió Indra, con más de un 5% y Sabadell, Rovi, BBVA y Arcelor con alzas de más del 6%. Por el contrario, Acciona Energías Renovables, su matriz y Solaria se dejaron más de un 6% desde el lunes.
Al otro lado del Atlántico ha comenzado ya la temporada de resultados
Pese a que tanto Citi, como Wells Fargo y Morgan Stanley han decepcionado el mercado. Esto se lo tomó bien Wall Street, que cerró la semana con tono mixto ya que mientras los índices tecnológicos, a media sesión del viernes, cedían un 2% semanal, el Dow Jones lo ganaba.
El dato de inflación de EEUU también ha tenido efectos en la renta fija, especialmente en la americana, donde se ha vuelto a ver al T-Note superando en algunos momentos la cota del 4% de rentabilidad, algo que no sucedía desde 2008. A este lado del charco, las primas periféricas se han estrechado mientras que los bonos soberanos británicos han tenido otra semana de gran volatilidad que se ha cerrado con compras que dejan al 10 años en el entorno del 4,2%.
Sigue la caída del petróleo
En el resto de los mercados, el petróleo ha vuelto a caer pese a los anuncios del recorte de producción de la OPEP y se deja en la semana más de un 6% hasta los 92 dólares por barril en el caso del Brent. Por su parte, el oro cae más de un 3% después del impulso de la semana pasada, mientras que el euro finalmente se queda plano contra el dólar, manteniéndose así por encima de los 0,97 dólares por euro.
FUENTE: ELECONOMISTA.ES