Funcionarios de la administración del Presidente Joe Biden advirtieron esta semana a los líderes de la transición energética limpia de Estados Unidos que deben descarbonizarse rápidamente y mantener la cadena de suministro fuera del control de China.
El mensaje de Washington en la conferencia sobre energía CERAWeek, celebrada en Houston, refleja la creciente preocupación por que la rápida inversión que está fomentando para luchar contra el cambio climático pueda resultar contraproducente si potencia a China.
Muchos ejecutivos estuvieron de acuerdo, pero dijeron que Estados Unidos tenía que encontrar una manera de asegurar el suministro interno sin desatar una guerra comercial con la segunda economía más grande del mundo, que ya es un proveedor dominante de minerales y componentes críticos utilizados en todo, desde baterías de vehículos eléctricos hasta paneles solares.
Las tensiones entre Estados Unidos y Beijing han ido en aumento por cuestiones que van desde el espionaje chino hasta el estatus de Taiwán y la posición de China en la guerra de Rusia en Ucrania.
«Está claro, por decirlo directamente, que China tiene demasiado asfixiado a los minerales críticos, en tecnologías de procesamiento y upstream, y a la energía solar», dijo en la conferencia John Podesta, asesor de energía de la Casa Blanca.
Lo dejamos pasar, fue un error
Tanto él como otros funcionarios presentes en la conferencia citaron la histórica dependencia europea del combustible ruso como ejemplo de los riesgos de depender de rivales globales.
El enviado de Energía del Departamento de Estado, Amos Hochstein, y el subsecretario José Fernández fueron algunos de los funcionarios que pronunciaron discursos o participaron en mesas redondas.
Desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero de 2022, Moscú ha cortado el suministro de gas natural a Europa. El aumento de los costos de la energía obligó a la industria y a los consumidores europeos a reducir el consumo, mientras los gobiernos y las empresas de servicios públicos se esforzaban por encontrar suministros alternativos.
Europa seguirá siendo vulnerable durante años a las subidas de los precios mundiales del gas provocadas incluso por pequeños cortes de suministro, según afirmaron ejecutivos y funcionarios en la conferencia.
A medida que el mundo avanza hacia una economía con bajas emisiones de carbono, dijo Podesta a los asistentes, «tenemos que garantizar de que las cadenas de suministro son seguras, que no se repita lo que vimos con la asfixia rusa sobre los combustibles fósiles».
Hochstein dijo que Estados Unidos necesita «aprender las lecciones de la era anterior, la industria fósil del siglo XX, y asegurarnos de que tenemos tanta producción en casa y asegurarnos de que las cadenas de suministro son seguras».
La administración Biden ha fomentado la inversión nacional en fabricación de energía limpia.
La Ley de Reducción de la Inflación, aprobada el año pasado, ofrece cientos de miles de millones de dólares en incentivos a las empresas que abran nuevos proyectos en suelo estadounidense.
A pesar de los comentarios de Estados Unidos alentando una disociación en el comercio con China, en los últimos meses los dos países han cerrado más acuerdos de suministro energético relacionados con el gas natural.
Desconfianza de los ejecutivos
Los ejecutivos del sector energético coincidieron en el valor de una cadena de suministro diversa y segura. Pero algunos afirmaron que la transición hacia una energía limpia sería más suave si Washington pudiera mantener el flujo comercial y unas relaciones amistosas con China, donde los productos suelen ser más baratos.
«Me preocupa mucho que Estados Unidos no encuentre la forma de hablar con China. Creo que es muy importante para el futuro del mundo y la reducción del CO2 que, en un tema tan crítico como el clima, seamos capaces de, al menos, hablar juntos», afirmó Andy Marsh, CEO de la empresa de pilas de combustible de hidrógeno Plug Power.
«Por otro lado, creo que los países tienen que pensar en su propia independencia energética, y es muy importante que las democracias liberales nos aseguremos de tener cadenas de suministro integradas y diversificadas», añadió.
En el sector minero, las tensiones con China podrían frenar la inversión en proyectos a largo plazo, incluso en la propia China, afirmó Richard Adkerson, CEO de la minera Freeport-McMoRan.
«La situación con China es muy complicada y, claramente, si la situación desembocara en una gran guerra comercial entre EE.UU. y China, tendría un impacto en la economía mundial en general», dijo.
Ese riesgo «se cierne sobre nuestra industria en estos momentos. Es otro factor que hace que las empresas sean reacias a iniciar inversiones en proyectos a largo plazo para satisfacer la próxima demanda de cobre», afirmó. El cobre, que se utiliza en todo, desde los vehículos eléctricos hasta las líneas eléctricas y las redes de transmisión, es esencial para una sociedad cada vez más electrificada.
Según Takajiro Ishikawa, CEO de Mitsubishi Heavy Industries Americas, es imposible que Estados Unidos se independice por completo de componentes fabricados en China, como electrolizadores para la producción de hidrógeno, baterías y paneles solares.
«Tiene que haber mucha más cooperación entre naciones», afirmó. «Para que Estados Unidos gane su desafío contra el cambio climático, no se puede construir todo en Japón o en Estados Unidos».
Las dos principales economías del mundo necesitan combinar su poder industrial y político para construir la industria energética del futuro, afirmaron algunos participantes. China y Estados Unidos tienen que comprometerse en esto.
FUENTE: WORLD ENERGY TRADE
