Vivimos en tiempos de información… y desinformación, donde las conocidas como fake news han encontrado en las redes sociales las plataformas perfectas para llegar a los ciudadanos. Y trasladarles de paso informaciones falsas con las que levantar erróneas corrientes de opinión que nada tienen que ver con la realidad.
Según la 7ª edición del Digital News Report España 2021, el 67% de los internautas está preocupado por la desinformación y los bulos que circulan por la red. Un dato que, en su inmensa mayoría, es extrapolable al conjunto de la ciudadanía europea.
Un tema que ha llevado a la Comisión Europea a reforzar su código de prácticas sobre desinformación establecido en 2018. Los últimos acontecimientos, como los millones de noticias sobre la pandemia por la Covid-19 o las informaciones acerca de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, generan cada día ingentes cantidades de datos y noticias y, cómo no, no todas son verídicas.
Las principales plataformas tecnológicas se han comprometido con la Comisión para combatir dicha desinformación que, por otro lado, pone en riesgo la salud de las democracias. Un total de 34 grandes empresas entre las que figuran redes sociales como Meta, Twitter y TikTok, y gigantes tecnológicos como Adobe, Google y Microsoft. Entre las ausencias, cabe destacar la de Amazon.
Medidas especificas contra la desinformación
Un total de 44 compromisos y 128 medidas específicas basadas en el recorte de incentivos financieros para los proveedores de información falsa, mayor transparencia de la publicidad política, garantía de la integridad de los servicios, fortalecimiento de un marco de seguimiento contra la desinformación, establecimiento de un centro de transparencia y de grupo de trabajo específico, así como un mayor poder a usuarios, investigadores y a la comunidad encargada de la verificación de datos.
La desinformación online es un hecho irrefutable que no deja de aumentar y la Comisión lo tiene claro, las tecnológicas son aliadas vitales para combatirlas ya que de ellas depende la infraestructura y los medios para su proliferación. “La Comisión ahora tiene compromisos muy significativos para reducir el impacto de la desinformación en línea y herramientas mucho más sólidas para medir cómo se implementan en toda la UE, en todos los países y en todos sus idiomas”, ha explicado Vara Jourová, vicepresidenta de valores y transparencia en el Comisión Europea.
El código de prácticas sobre desinformación se aplicará a través de la Ley de Servicios Digitales, una legislación de la UE que se aprobó en abril de 2022 para proteger mejor a los usuarios europeos de la desinformación en línea. Y, a su vez, el contenido, los bienes y los servicios ilegales.
En sentido, las 34 empresas tecnológicas firmantes del acuerdo dispondrán de seis meses para implementar las medidas a las que se han suscrito. Además, deberán proporcionar a la Comisión sus primeros informes sobre dicha implementación a principios de 2023. A posteriori, un grupo de trabajo reunirá cada seis meses también para monitorear y adaptar los compromisos en vista de los avances tecnológicos, sociales, de mercado y legislativos. El comisionado para el mercado interno de la Comisión Europea, Thierry Breton ha recalcado que la peligrosa desinformación actual nunca debe ser económicamente viable para ninguna empresa. Y que las plataformas online deben ser más fuertes y decididas a la hora de financiarse, dejando a un lado estas noticias falsas. “Las plataformas que violan repetidamente el Código y no llevan a cabo las medidas de mitigación de riesgos adecuadamente se arriesgan a multas de hasta el 6% de su facturación global”, ha avisado.
Según el informe Digital News Report España 2021, los ciudadanos tienen una mayor preocupación por la desinformación que circula a través de redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea, un 50%, que por la que se difunde a través de canales informativos como periódicos, portales y revistas, un 11%.
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