“Conociendo el alcance de la dependencia europea de su gas, Rusia está jugando duro. Entre sus objetivos está el de asegurarse de que Europa no imponga más sanciones a su industria del gas e intentar que se levanten algunas medidas anunciadas anteriormente. Pero Rusia corre el riesgo de exagerar si el enfrentamiento se prolonga“, señala en un informe reciente Tatiana Orlova, analista de Oxford Economics.
“A medio plazo, a Rusia le interesa reanudar las exportaciones de gas a Europa (aunque no sea al 100% del volumen de antes de la guerra) y obtener ingresos hasta que la infraestructura para suministrar gas a Asia esté en marcha. Por esta razón, pensamos que Gazprom tiene pocos incentivos para interrumpir por completo los flujos de gas a Europa y que, si lo hiciera, no es probable que la interrupción dure mucho tiempo”, añade Orlova.
FUENTE: ELECONOMISTA.ES
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