De cara al último trimestre del año, tanto el BCE como la Reserva Federal han ajustado sus cuadros macro, reduciendo las perspectivas de crecimiento e incrementando las de IPC, con lo que se elimina la esperanza de que el PIB crezca por encima de los precios, al menos, hasta 2025. De cara al año 2024, los precios seguirán creciendo por encima del objetivo del 2%, por lo que no se puede esperar que los tipos de interés se sitúen ni para entonces en niveles normalizados. ¿A qué ritmo seguirán las subidas? El dot plot de la Fed apunta a que se rozará el 5% el año que viene y se reducirá hasta el 4% el siguiente. El mercado, por su parte, está descontando que se alcanzará el 4,5% (150 puntos más de subida) y, desde ahí empezará a bajar a un ritmo más lento.
“Este punto medio es más alto de lo que descontaban la mayoría de los economistas antes de la reunión, pero no descarta que se produzcan recortes en los tipos ya en 2023, aunque es cierto que cada vez es menos probable”, explican desde Ebury. “La postura ultra agresiva de la Fed es una clara señal de que sigue preocupada por la persistente y elevada inflación, que ha mostrado ser mucho más rígida y amplia de lo que el banco central esperaba pese a que se asume que la recesión está en camino”, añaden. Desde AXA IM creen que mientras la subyacente siga fuerte y el mercado laboral no se desplome, “a la Fed no le va a temblar el pulso a la hora de subir los tipos; hay que tener en cuenta que estas medidas tienen efectos que no son inmediatos en el tiempo”.