La economía y la banca central se encuentran en una encrucijada. La actividad en la Eurozona se está desacelerando a marchas forzadas, mientras que la inflación no para de subir. Ante la desaceleración de la economía y la subida de precios, los gobiernos europeos están aplicando políticas fiscales (ayudas, subvenciones a la gasolina…) que, en última instancia, están estimulando la demanda y agravando la inflación. Esto sucede a la vez que el Banco Central Europeo intenta hacer todo lo contrario. Esta falta de coordinación y coherencia entre política fiscal y monetaria podría obligar al BCE a ir más allá con las subidas de tipos para intentar ganar la batalla a la inflación.
«Las medidas gubernamentales de ayuda para la gran masa de la población podrían estimular la demanda y hacer subir la inflación. Entonces podríamos tener que subir los tipos de interés todavía más. Desde una perspectiva política, puede ser favorable apelar a una gran parte del electorado con un paquete de medidas de alivio. Pero siempre deberíamos tener en mente que, a largo plazo, tendremos que asumir colectivamente estos costes», advierte Schnabel.
FUENTE: YAHOO FINANZAS
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