Científicos alemanes encuentra tóxicos inusuales en todas las vacunas COVID analizadas

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Comparación de cristales en la sangre y en la vacuna; a la izquierda, las formaciones cristalinas se encuentran en

la sangre de los sujetos de prueba vacunados con Comirnaty (BioNTech / Pfizer), las imágenes de la derecha muestran que este tipo

de cristales también se encuentran en las vacunas de Comirnaty. (Cortesía de Helen Krenn)

Científicos alemanes encuentran componentes tóxicos inusuales en todas las vacunas COVID analizadas, «sin excepción»

Por Enrico Trigoso.- Un grupo de científicos alemanes independientes encontraron componentes tóxicos, en su mayoría metálicos, en todas las muestras de vacunas COVID que analizaron, «sin excepción» utilizando técnicas modernas de medición médica y física.

El Grupo de Trabajo para el Análisis de Vacunas COVID dice que algunos de los elementos tóxicos encontrados dentro de los viales de vacunas de AstraZeneca, Pfizer y Moderna no figuraban en las listas de ingredientes de los fabricantes.

Se encontraron los siguientes elementos metálicos en las vacunas:

– Metales alcalinos: cesio (Cs), potasio (K)

– Metales alcalinotérreos: calcio (Ca), bario (Ba)

– Metales de transición: cobalto (Co), hierro (Fe), cromo (Cr), titanio (Ti)

– Metales de tierras raras: cerio (Ce), gadolinio (Gd)

– Grupo minero/metal: aluminio (Al)

– Grupo carbono: silicio (Si) (material parcialmente de soporte / diapositiva)

– Grupo oxígeno: azufre (S)

Estas sustancias, además, «son visibles bajo el microscopio de campo oscuro como estructuras distintivas y complejas de diferentes tamaños, solo pueden explicarse parcialmente como resultado de procesos de cristalización o descomposición, [y] no pueden explicarse como contaminación del proceso de fabricación», encontraron los investigadores.

Los hallazgos «se basan en el trabajo de otros investigadores de la comunidad internacional que han descrito hallazgos similares, como el Dr. Young, el Dr. Nagase, el Dr. Botha, el Dr. Flemming, el Dr. Robert Wakeling y el Dr. Noak», dijo a La Gran Época el Dr. Janci Lindsay, Ph.D., un toxicólogo no involucrado en el estudio.

«El número y la consistencia de las acusaciones de contaminación por sí solas, junto con el misterioso silencio de los organismos reguladores y de seguridad globales, es problemático y desconcertante en términos de ‘transparencia’ y las continuas acusaciones de estos organismos de que las vacunas genéticas son ‘seguras’», agregó Lindsay.

Helena Krenn, fundadora del grupo, presentó los hallazgos a las autoridades del gobierno alemán para su revisión.

«Lo habíamos presentado a los participantes del gobierno y más discursos de periódicos con la plataforma open-debate.eu, solo en Alemania, Austria y Suiza», dijo Krenn a La Gran Época.

Otros dos hallazgos importantes fueron que las muestras de sangre de los vacunados tenían «cambios marcados» y que se observaron más efectos secundarios en proporción a «la estabilidad de la envoltura de nanopartículas lipídicas».

Una nanopartícula lipídica es una partícula extremadamente pequeña, una membrana soluble en grasa que es la carga del ARN mensajero (ARNm).

Metodología

 

Objetos anómalos en la vacuna vectorial Janssen de Johnson & Johnson. Cabe señalar que no se encontraron objetos de este tipo en todas las muestras. (Cortesía de Helen Krenn)

«Utilizando una pequeña muestra de análisis de sangre viva de individuos vacunados y no vacunados, hemos determinado que la inteligencia artificial (IA) puede distinguir con un 100% de confiabilidad entre la sangre de los vacunados y los no vacunados. Esto indica que las vacunas contra el COVID-19 pueden efectuar cambios a largo plazo en la composición de la sangre de la persona vacunada sin que esa persona sea consciente de estos cambios», afirma el estudio.

Los hallazgos de cambios fisiológicos agudos y crónicos en la sangre de las personas inoculadas con las vacunas, constantemente discernidos a través del software de IA, «también se hacen eco de los hallazgos de muchos otros investigadores y respaldan las afirmaciones de contaminación y / o adulteración», dijo Lindsay.

«Hemos establecido que las vacunas COVID-19 contienen consistentemente, además de contaminantes, sustancias cuyo propósito no podemos determinar», dice su estudio.

El grupo consta de 60 miembros, incluidos médicos, físicos, químicos, microbiólogos y profesionales de la salud alternativa, con el apoyo de abogados y psicólogos.

La vacuna Comirnaty de BioNTech/Pfizer exhibe una diversidad y un gran número de objetos inusuales. La gran cantidad de plaquetas y formas cristalinas difícilmente puede interpretarse como impurezas. Aparecen regularmente y en grandes cantidades en todas las muestras. (Cortesía de Helen Krenn)

Los científicos afirman que sus resultados han sido confirmados de forma cruzada utilizando las siguientes técnicas de medición: «Microscopía electrónica de barrido (SEM), Espectroscopía de rayos X de dispersión de energía (EDX), Espectroscopía de masas (MS), Análisis de plasma acoplado inductivamente (ICP), Microscopía de campo brillante (BFM), Microscopía de campo oscuro (DFM) y Diagnóstico de imágenes de sangre viva, así como análisis de imágenes utilizando Inteligencia Artificial».

Los analistas explican que han estado cooperando con otros grupos en diferentes países que han estado ejecutando investigaciones similares y han obtenido resultados consistentes con los suyos.

«Los resultados de nuestro análisis de las vacunas pueden, en consecuencia, considerarse como validados de forma cruzada», afirma el informe resumido de sus hallazgos.

«Debe reconocerse, por supuesto, que el trabajo [del Grupo de Trabajo Alemán] se describe como ‘Hallazgos preliminares’, aún no publicados en una revista revisada por pares y que se desconoce la cadena de custodia, así como la identidad de muchos de estos científicos. Sin embargo, en este clima fuertemente cargado y censurado cuando se trata de cualquier desafío a la «seguridad y eficacia» de las vacunas genéticas, yo mismo puedo dar fe de las dificultades para realizar la investigación básica, y mucho menos publicar esa misma investigación en una revista revisada por pares, con el fin de llegar a estas preguntas, así como difundir los hallazgos, «, dijo Lindsay.


Fuente Canal digital: alertadigital

 

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