Por años, el carbón fue uno de los combustibles más importantes para la humanidad, sobre todo, luego de la revolución industrial. Con el pasar de los tiempos y, en la búsqueda de una diversificación en la matriz energética global, se fueron creando alternativas al carbón dándole paso a las energías renovables. Lea más de minería.
Por ello, el mineral fue pasando de ser el plan A, a un B o C, incluso, llegó a no ser contemplado para la generación de energía en varios países e industrias del mundo, en especial de Europa, al ser catalogado como contaminante.
Pero los periodos de “vacas flacas” son, muchas veces, inevitables y una situación de crisis como la que está viviendo el mundo actualmente, en materia energética, hizo que se reunieran las condiciones necesarias para darle un segundo tiempo a producir carbón y usarlo en la generación de energía, pese a que había sido rezagado por un buen tiempo.
Un artículo de The Wall Street Journal resalta que, con la crisis energética a causa de la escasez de gas natural y petróleo estallada por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el mundo está “hambriento de energía” por lo que recurre al carbón para evitar apagones.
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Justo ahí es donde entra Colombia, pues países como Estados Unidos, muchos de Europa, incluso, China han venido aumentando sus importaciones de carbón a corto plazo, pensando en garantizar un buen suministro de electricidad. De manera que, el país -como el quinto exportador de carbón más grande del mundo- puede encontrar oportunidades de fortalecimiento y exportación.
Sin duda, Colombia puede ofrecer un carbón de alta calidad, con bajo contenido en cenizas y de menores emisiones de dióxido de azufre. Sin mencionar que cuenta con una de las mayores reservas probadas de carbón de antracita y carbón bituminoso de América Latina, así como un robusto programa de sostenibilidad que le permite producir el mineral con altos estándares medioambientales, como el TSM.
Y es que vale mencionar que, en 2021, esta industria colombiana produjo cerca de 55 millones de toneladas de carbón térmico, de los cuales, entre 5 % y 10 % se utiliza para consumo local, en particular, consumo industrial y de generación eléctrica.
Colombia es el país con la mayor reserva de carbón en América Latina, y con la tasa de explotación actual, las reservas medidas de carbón del país aseguran más de 120 años de producción, de ahí el gran potencial que tiene el país en producción de este mineral. Sin embargo, sigue siendo tema de discusión, pues hay detractores que buscan abandonarlo, sobre todo, por su impacto ambiental.
Para Dafna Siegert, socia líder de Energía de EY Colombia, a la matriz de generación en Colombia se le atribuye solo un 10 % al carbón, mientras que las fuentes hidráulicas componen alrededor del 70 %.
“Es evidente que el país cuenta con una de las matrices más limpias de la región y está en curso para cumplir con los objetivos de transición energética. No obstante, considerando las limitaciones climáticas que trae la transición a la generación energética es fundamental apoyarse en la generación por medio de fuentes no renovables, como el carbón“, precisó la experta a Valora Analitik.
Por otro lado, la generación por carbón sigue siendo una fuente importante de abastecimiento de la demanda para el sector industrial. El mineral fue responsable de alrededor del 30 % del consumo de energía en este sector antes de la pandemia.
Según Siegert, es evidente que el carbón, actualmente, es relevante e importante tanto para el abastecimiento de la demanda, como para las tendencias de transición energética.
Frente a los aportes que la minería le entrega al país, el presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), Juan Camilo Nariño, aseguró que para reemplazar los aportes que la minería formal genera al país habría que incrementar cuatro veces el sector de información y comunicaciones; seis veces el agro colombiano; siete veces el sector cervecero; 16 veces el sector de las confecciones; 40 veces la producción de cemento y 70 veces la de panadería.
Pero el balance no termina ahí, Nariño indicó que esta industria también es la responsable de aportar el 2,1 % del PIB de Colombia y representa el 15 % de la inversión extranjera directa que entra al país.
¿Y si abandonamos el carbón?
La socia líder de Energía de EY Colombia precisó que hay varios riesgos para el país si se toma la decisión de abandonar el carbón en la actualidad:
Uno de los principales obstáculos tiene que ver con las implicaciones que esto tendría para la seguridad energética. En este caso, se estaría renunciando a la posibilidad de acceder a recursos de generación rápida de energía, y con facilidad de almacenamiento y distribución, frente a fallas en algún frente de generación.
“El carbón representa un complemento confiable a las demás fuentes renovables y compone un soporte fundamental a las limitaciones que implica la transición energética. Adicionalmente, se podrán presentar riesgos para el sector de la industria, para el cual el consumo final de energía antes de la pandemia fue de 30 %”, manifestó Dafna Siegert.
Abandonar el carbón implicaría, de acuerdo con la experta, no apoyar a las fuentes renovables en la tarea de generación para el abastecimiento de la demanda de energía. También, se afectaría al sector industrial en cuanto a la composición de su demanda de energía. “Esto dificultaría el cumplimiento de objetivos de transición, y obstaculizaría el desempeño del sector industrial”, agregó.
espaldo a la energía eléctrica
La demanda mundial de carbón aumentará ligeramente en 2022, lo que significa que sería su máximo nivel desde hace casi una década, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), tras el alza de los precios del gas natural. Lea más de minería.
La IEA precisó que las previsiones apuntan a que el consumo mundial de carbón aumentará 0,7 % en 2022 a 8.000 millones de toneladas, suponiendo que la economía china se recupere como se espera en la segunda mitad del año. Así las cosas, esto demostraría que el carbón tiene una nueva y seria oportunidad para brindar confiabilidad y respaldo a los sistemas energéticos del mundo, al escasear o encarecerse otros combustibles como el gas.
Entre tanto, la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (ANDEG) considera que se debe preservar la industria del carbón en el país, no solo desde la perspectiva de exportaciones -pues el país cuenta con las mayores reservas de la región latinoamericana-, sino desde las oportunidades de mayor crecimiento que brinda la industria en los departamentos productores al interior de Colombia como: Boyacá, Cundinamarca, Santander y Norte de Santander.
Alejandro Castañeda, presidente de ANDEG, le contó a Valora Analitik cuál es la relevancia y papel del carbón en el sistema eléctrico nacional y la confiabilidad del mismo. Escuche este audio:
Día a día, en la opinión pública, se escuchan y leen muchas personas a favor de este mineral, pero también muchos detractores: una de las razones de peso de aquellas personas que están en contra es la generación de gases de efecto invernadero que surge tras la quema de carbón, lo que termina por contaminar la atmósfera de la Tierra.
Frente a ello, ANDEG ha explicado que en el tema del carbón existen dos tecnologías para los parques térmicos de generación de energía que permiten una operación más sostenible: la ultra crítica y la ultra súper crítica, las cuales al final emiten los mismos niveles de CO2, si se compara con los de una planta térmica que utiliza gas natural.
Según el gremio, no hay diferencias entre uno y otro combustible, ambos son sostenibles y amigables con el medio ambiente.
En cuanto a los remanentes, ¿cuál de los dos energéticos debe tener la prelación en la generación de energía? La respuesta es: los dos. Ahora bien, en materia de reservas, las de carbón térmico colombiano se estiman en 90 años, mientras que las de gas natural no superan los diez años, destaca el gremio.
Lo que quiere decir que, si no se aumentan las importaciones o se le da celeridad al desarrollo de los yacimientos no convencionales (YNC), el respaldo para la generación térmica lo daría el carbón.
La minería legal ha entregado, por años múltiples beneficios sociales, ambientales, científicos y económicos en Colombia. Con base a esto, el presidente de la ACM, Juan Camilo Nariño, expuso unas importantes cifras para el país y las finanzas públicas:
El dirigente gremial ha sido enfático en los aportes de la industria minera para Colombia: según Nariño, en tres décadas, las necesidades básicas insatisfechas de los municipios con influencia minera han disminuido casi a la mitad, gracias a las inversiones directas e indirectas que hace el sector para el desarrollo de estas regiones, dado que pasaron de 61 % en 1993 a 33,2 % en 2018.
Incluso, con el buen comportamiento que tuvo la industria durante el primer semestre de 2022, ACM estima que, de mantenerse el ritmo actual de las exportaciones y las condiciones internacionales de los mercados, este año se alcanzaría una cifra récord en aportes fiscales y regalías cercana a los $9 billones.
- Sin el carbón, ¿qué tan fácil sería conseguir las regalías que esta industria le entrega al país? De acuerdo con EY, usando como referencia a 2019 y el desempeño antes de pandemia, el pago de regalías para el sector minero fue alrededor de $2,4 billones. Las regalías pagadas por el carbón en ese año representaron $2,2 billones de la cifra total del sector.
- “Es evidente el peso del carbón para el sector minero, lo cual indica que el carbón no concentra sólo la actividad minera, también los pagos a regalías. Si no tuviéramos el carbón, dentro de la industria es muy difícil compensar las regalías faltantes considerando las capacidades de producción de los otros minerales, y de sus mercados. Hay que desarrollar estos otros mercados”, ratificó la socia líder de Energía de EY Colombia.
Esto implica, de acuerdo con la experta, que si no estuviera el carbón se deberá buscar compensar las regalías en otros sectores y nuevos canales de recaudo.
“Un ejemplo de esto fue la prometedora reforma tributaria propuesta el año pasado. No obstante, son claras las limitaciones en la viabilidad política y social de compensar en otros sectores, y la perspectiva social de tomar estas alternativas para compensar las regalías del carbón”, aseveró.
La compañía minera, Drummond, precisa que la gestión ambiental debe estar orientada a la sostenibilidad en una órbita pragmática y tener una visión integral que involucre la prevención, mitigación y control de los impactos ambientales, la cual ha denominado Gestión Ambiental Efectiva.
La gestión ambiental efectiva arranca, según la compañía, desde el diseño del proyecto, pues considera que los recursos naturales existentes permiten lograr diseños de proyectos que eviten impactos ambientales innecesarios.
Sin embargo, no es posible evitar todos los impactos, por lo que se hace necesaria la implementación de acciones de manejo; y es este otro eslabón de la gestión ambiental efectiva: la aplicación adecuada, proporcional y oportuna de las acciones de manejo.
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Valora Analitik tuvo la oportunidad de visitar una de las minas de carbón de Drummond en el Cesar (Colombia) y esto fue lo que encontró:
Carbón Colombia: Carbón legal, limpio y seguro
En 2020, la Agencia Nacional de Minería puso en marcha la iniciativa denominada “Carbón Colombia: carbón legal, limpio y seguro”, con la que busca generar mayor control en torno al carbón proveniente de explotaciones subterráneas, inicialmente en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Norte de Santander.
La iniciativa pretende que en el mercado solo se compre carbón de origen legal. Igualmente, con Carbón Colombia, la ANM quiere lograr que en el país solo se comercialice el carbón que sea ambientalmente limpio, que cuente con los permisos ambientales y buenas prácticas. “Que tenga el documento ambiental requerido para etapa de explotación y otorgado por la autoridad ambiental correspondiente”, en línea con el programa de la Agencia.
Según la ANM, esta iniciativa es coherente con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El ODS 12 se refiere justamente a la buena gobernanza de los recursos naturales en el sentido que se establece la meta de “lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales”.
Comunidades, prioridad de Cerrejón
Durante 2021, Cerrejón, compañía operadora de la mina de carbón a cielo abierto más grande de Latinoamérica, ha invertido más de $20.900 millones en el desarrollo de diferentes programas sociales voluntarios y obligatorios en La Guajira (Colombia). Dentro de las líneas de acción se destacan:
Acceso al agua
A la educación
A la salud
A la música
Al deporte
A la infraestructura
Al fortalecimiento institucional (incluye el apoyo a los entes territoriales para gestionar la crisis por la pandemia de la Covid-19)
Adicionalmente, durante los últimos diez años, la minera ha invertido más de $214.000 millones en el desarrollo de diferentes iniciativas que promueven el progreso y desarrollo de La Guajira, trabajando en ser un aliado estratégico de la región, el cual busca establecer sinergias y alianzas con diferentes actores del territorio para potencializar el impacto de su gestión.
conjunto (gobiernos nacional y territoriales) en el impulso de prácticas mineras sostenibles y responsables con las comunidades. Según la Agencia, hay cinco pilares que se tienen en cuenta cuando se planean y ejecutan proyectos mineros en el país:
• Respeto, Protección, y Garantía de los Derechos Humanos
• Dialogo, Comunicación y Confianza
• Inexistencia de Poder de Veto
• Desarrollo sostenible
• Enfoque territorial
Fuente: Canal digital valoraanalitik
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