«Seguimos siendo constructivos con respecto a los valores de alto dividendo como un estilo de inversión para los inversores orientados a los ingresos, que debería funcionar bien en el actual contexto macroeconómico difícil. Definimos los valores de alto dividendo como aquellos que ofrecen una rentabilidad por dividendo superior a la media, que es sostenible y persistente, junto con buenas características de balance. Históricamente, los valores con altos dividendos se han comportado mejor que el mercado en general en un entorno de ralentización del crecimiento y de caída de las revisiones de beneficios», señala en un comentario Mathieu Racheter, estratega de Julius Baer.
«Aunque su rendimiento en lo que va de año ha sido considerablemente superior (-9,9% frente al -18,5% de la renta variable mundial), siguen estando valorados a bajo precio, con un PER (veces que cotizan en el precio los beneficios futuros) de 12,2 veces (frente a 15,4 veces en el mercado general) y, por tanto, deberían verse menos afectados por una posible reducción de la rentabilidad en medio de una retirada de la liquidez y un aumento de la volatilidad del mercado de renta variable. A largo plazo, los inversores suelen subestimar el poder de composición de los dividendos: Desde 1995, los dividendos han representado el 44% y el 64% de los rendimientos totales en Estados Unidos y Europa, respectivamente», añade el analista.
FUENTE: ELECONOMISTA.ES
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