El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado que usará a partir de ahora una serie de indicadores estadísticos medioambientales para monitorizar los riesgos climáticos en el sector financiero y para promover un sistema bancario sostenible.
Estos nuevos indicadores serán de tipo experimental o analítico. Los experimentales cumplirán con muchos pero no todos los criterios estadísticos cualitativos del BCE, admite la propia entidad.
Estos parámetros buscarán categorizar los instrumentos de deuda en función de si son “verdes”, “sociales”, “sostenibles” o están “relacionados con la sostenibilidad”.
Por otra parte, los indicadores analíticos serán de menor calidad y contarán con ciertas limitaciones. Estos analizarán los emisiones de carbono achacables a las instituciones financieras, por una parte, y, por otra, también estudiarán los riesgos físicos que representa el cambio climático, como en el caso de las inundaciones, sequías o incendios.
El BCE ha afirmado que estos indicadores aún están refinándose y que deben usarse con cierta cautela, pero ha indicado que trabajará para mejorar la metodología y los datos utilizados.
“Necesitamos comprender mejor cómo el cambio climático afectará al sector financiero, y viceversa. Para esto, la obtención de información fiable es crucial”, ha explicado la miembro del Comité Ejecutivo del BCE, Isabel Schnabel.