El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos ha bajado en mayo al 4% en tasa interanual, frente al 4,9% registrado en abril, según los datos publicados este martes por la Oficina de Estadísticas Laborales estadounidense. Este movimiento se ha situado ligeramente por debajo de lo anticipado, ya que se esperaba un 4,1%. Por su parte, la tasa subyacente, que excluye alimentos y energía, ha retrocedido dos décimas, hasta el 5,3%, en línea con lo esperado.
En términos mensuales, el índice general avanzó un 0,1% en mayo, mejorando las expectativas del mercado, y supone una desaceleración desde la subida del 0,4% registrada en abril. En cuanto a la tasa subyacente, el repunte mensual fue del 0,4%, la misma cifra del mes anterior, y también en línea con la previsión de consenso.
Según el organismo que difunde los datos, “el índice de vivienda fue el que más contribuyó al aumento mensual de todos los artículos, seguido de una subida en el índice de automóviles y camiones usados”.
El índice de alimentos aumentó un 0,2% en mayo, después de haber permanecido sin cambios en los 2 meses anteriores, con descensos del 1,2% en carnes, aves, pescado y huevos, mientras que la industria láctea vio como sus precios se reducían un 1,1%.
En términos interanuales, los alimentos registran un alza del 6,7% en los últimos 12 meses, con un incremento promedio del 5,8% en el coste de la comida en casa y del 8,3% para la alimentación fuera del hogar.
Por su parte, el coste de la energía cayó un 3,6% en el mes, debido al descenso de los principales índices de componentes energéticos, como la gasolina (-5,6%), el gas natural (-2,6%) y la electricidad (-1%).
En los últimos doce meses, los precios de la energía se han moderado un 11,7% en EEUU, debido al descenso del 19,7% en el coste de la gasolina y del 11% en el gas natural, mientras que la electricidad se encareció un 5,9% desde mayo del año pasado.
Naeem Aslam, director de análisis de Zaye Capital Markets, destaca que “los datos del IPC han mostrado claramente que la Fed necesita tomarse el verano libre ahora con respecto a su política monetaria“, puesto que “la inflación se está desacelerando y se está moviendo en esa dirección”.
“Los comerciantes ya esperan algún tipo de pausa por parte de la Fed o al menos algunos indicios en su reunión que está prevista para mañana. En términos simples, parece que hay menos madera que cortar para la Reserva Federal a medida que la inflación comienza a enfriarse“, añade.
Ryan Brandham, jefe de mercados de capital global de América del Norte en Validus Risk Management, asegura que el descenso de la inflación “probablemente le dará a la Fed el consuelo que necesita para pausar las subidas de tipos en la reunión del FOMC de mañana”.
Los analistas de Oxford Economics aseguran que “la Fed tiene la cobertura para ser paciente al evaluar los datos entrantes sobre la inflación y el mercado laboral”.
“El índice de precios al consumidor de mayo no altera el plan de la Fed de hacer una pausa esta semana y la reciente caída en los precios del petróleo respalda nuestro pronóstico de que el banco central permanecerá en espera durante el resto de este año antes de comenzar a recortar las tasas de interés a principios de 2024″, concluyen.
Desde Pantheon Macroeconomics manifiestan que “una desinflación general tan rápida hará que a la Fed le resulte más difícil justificar el aumento de las tasas nuevamente“, aunque no descartan un aumento en julio.
“Todo depende de los datos, pero esperamos un informe de empleo más suave y un IPC subyacente del 0,2 % para junio, por lo que nuestro caso base sigue siendo que la Reserva Federal ha terminado”, agregan.
FUENTE: BOLSAMANÍA