En este contexto de incertidumbre y de elevadas pérdidas en bolsa y renta fija, surge un activo ideal para ajustar la exposición al riesgo y al que cualquier inversor puede optar sin tener que pagar un peaje fiscal. Se trata de los fondos monetarios, que por definición invierten en activos de deuda a muy corto plazo, como letras o pagarés, y que pueden cerrar el año con rendimientos superiores al 2%. Sin duda, el retorno no es demasiado atractivo, pero es superior al de los depósitos. Además, el hecho de que estos fondos permiten preservar el capital los convierte en una alternativa a considerar.
FUENTE: ELECONOMISTA.ES