La bolsa de Londres reivindica que salvó al mercado del níquel

El 8 de marzo los precios subieron hasta un 250% y la LME cortó operaciones
El 8 de marzo los precios subieron hasta un 250% y la LME cortó operaciones
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La Bolsa de Metales de Londres (LME por sus siglas en ingles) ha defendido su controvertida decisión de cancelar miles de millones de dólares de operaciones de níquel el pasado mes de marzo como algo necesario para evitar una suma de margin calls (llamadas de margen) de casi 20.000 millones de dólares que habría enviado al mercado a una “espiral de la muerte” y amenazado la propia supervivencia de la bolsa.

Este lunes, la LME presentó su informe más detallado sobre la histórica crisis de ventas en corto de este año, cuando los precios se dispararon un 250% en poco más de 24 horas, en un documento en el que describe su defensa contra las demandas de Elliott Investment Management y Jane Street.

El documento, que describe una creciente sensación de pánico y el aumento de los impagos entre los miembros mucho antes de lo peor del pico, describe por qué la LME tomó la decisión sin precedentes de deshacer horas de negociación, pero también puede reavivar las preguntas de sus críticos sobre por qué no actuó antes.

 El comercio tardó una semana en reanudarse y con control de precios.

Si los precios alcanzados durante las operaciones canceladas el 8 de marzo se hubieran mantenido, el mercado del níquel se habría enfrentado a una suma de margin calls de 19.750 millones de dólares, diez veces más que el nivel récord anterior, según la bolsa. Al menos siete miembros de compensación habrían entrado en mora, y la crisis tenía el potencial de crear una “espiral de la muerte”, según Adrian Farnham, el director ejecutivo de la cámara de compensación de la LME en ese momento.

 

En ese escenario, LME Clear (la cámara de compensación de la bolsa) habría incurrido en una pérdida de 2.600 millones de dólares, y habría tenido que solicitar contribuciones de al menos 1.220 millones de dólares a los restantes miembros de la cámara. Esto, a su vez, probablemente habría provocado el impago de otros cinco miembros compensadores, según la LME en la presentación, “lo que habría provocado que la LME no pudiera funcionar como centro de los mercados de metales no ferrosos, y habría supuesto un riesgo sistémico importante para el sistema financiero en general”.

Elliott y Jane Street solicitan un total de casi 500 millones de dólares por daños y perjuicios a la LME y a su cámara de compensación, argumentando que la bolsa actuó de forma inadecuada en su decisión de cancelar las operaciones del 8 de marzo.

“La LME sostiene que los motivos de queja de Elliott y Jane Street no tienen fundamento y se basan en un malentendido fundamental de la situación del 8 de marzo y de las decisiones tomadas por la LME”, ha asegurado un portavoz de la LME. “Todas las medidas adoptadas el 8 de marzo fueron legales y se tomaron en interés del mercado en su conjunto. La LME seguirá defendiendo enérgicamente estos procedimientos”.

Cronología

La defensa de la LME revela la tensión a la que estaba sometido el mercado incluso el 7 de marzo, el día anterior a la suspensión del mercado, cuando los precios subieron un 66%. Tres miembros incumplieron las margin calls iniciales que debían pagarse a las 9:00 de la mañana de ese día, y uno de ellos seguía sin pagar, según la LME.

A las 13:15 horas de Londres del 7 de marzo, la LME había realizado nueve margin calls intradía por un total de unos 7.000 millones de dólares, y LME Clear “estaba preocupada por la imposibilidad de que los miembros pudieran hacer frente a más margin calls intradía”. En consecuencia, LME Clear decidió dejar de realizar estas llamadas intradía, una decisión “extremadamente inusual y que se aparta de la política interna”, según el expediente.

Sin embargo, cuando el comité especial de la LME realizó una llamada a las 16:00 horas del 7 de marzo, concluyó que el mercado seguía en orden y permitió que se reabriera como de costumbre la noche siguiente a la 1 de la madrugada.

A las 5:53 horas de la mañana del 8 de marzo, Farnham fue informado de que seis miembros no habían efectuado los pagos de las margin calls durante la noche por valor de 2.000 millones de dólares -o un tercio del total adeudado- que debían realizarse antes de las 9:00. Entre las 5:33 y las 8:18 de la mañana, siete miembros se dirigieron al LME para decir que tendrían dificultades para depositar márgenes.

Hacia las 7:30 horas, los directivos de la LME y de LME Clear mantuvieron una conversación en la que acordaron que el mercado se había desordenado y decidieron suspender las operaciones. A las 9:00 de la mañana, se celebró otra reunión en la que se decidió cancelar todas las operaciones que se habían realizado el 8 de marzo.

¿Trato de favor a un bajista?

En respuesta a la sugerencia de que había actuado para favorecer a Tsingshan Holding, cuya enorme posición corta fue el centro de la sacudida del mercado del níquel, la LME dijo que no había tenido conocimiento de la situación.

“Se ha puesto de manifiesto que detrás de las convulsiones de precios sin precedentes del 8 de marzo de 2022 hay posiciones cortas muy importantes en el mercado extrabursátil (OTC, over the counter) que contribuyen al desorden del mercado”, degiende la LME en su presentación. “El 8 de marzo, la LME no tenía conocimiento de las grandes posiciones cortas en el mercado OTC”.

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