Los negocios de Apple están seriamente amenazados por la nueva oleada de COVID-19 en China ahora que las estrictas medidas “cero COVID”, impuestas por el Gobierno, comienzan a relajarse.
El fabricante de teléfonos ha tenido que sobrellevar un mes de auténtico caos y calvario dentro de la enorme fábrica de su principal ensamblador, Foxconn, en Zhengzhou, la cual es conocida mundialmente por ser la «Ciudad del iPhone», a raíz de un brote de coronavirus que comenzó en octubre.
Acaban de pasar tres años desde que emergiera el virus desde Wuhan, pero la mayor compañía del mundo sigue padeciendo sus efectos. Y la situación es cada vez más grave. Las pérdidas se acumulan, y el mes de protestas y paralización debido al brote dentro de la fabrica ha podido causarle unas pérdidas que exceden los 40.000 millones de dólares, según las estimaciones de Bloomberg.
Un mes terrible para Apple justo antes de Navidad
Apple envió un comunicado el 6 de noviembre en el que reconoció que las «restricciones de COVID-19 han afectado temporalmente a la planta principal de ensamblaje del iPhone 14 Pro y iPhone 14 Pro Max situada en Zhengzhou», y que la planta estaba funcionando a una «capacidad significativamente reducida». Y esto ocurría en la época más importante del año, tras el lanzamiento de nuevo modelos y semanas antes de que comience la vital campaña navideña.
Los problemas comenzaron en octubre, cuando los trabajadores abandonaron el recinto de la fábrica por temor al COVID-19 o por el hartazgo de las medidas. A falta de personal, se les ofrecieron primas extraordinarias para incentivar su regreso. Algunos volvieron, pero la dirección incumplió sus promesas y estalló una revuelta que, para perjuicio del Partido Comunista Chino, fue transmitida por todo el mundo gracias a Twitter e Instagram.
Detonó este incidente un alzamiento general en la China urbana alimentado por el hartazgo de gran parte de la población debido a las estrictas medidas anticovid impuestas por Xi Jinping. Éste decidió aliviar las restricciones debido a la cada vez más insostenible situación económica y social del país.
Los ingresos de Apple se verán seriamente mermados en el próximo trimestre fiscal, que suele ser el más importante para el fabricante. Los problemas de producción no impiden que las ventas de realicen más tarde una vez que vuelva a llegar stock de sus teléfonos de gama alta, pero la Navidad es habitualmente el momento más propicio del año.
El consenso entre los analistas es que los ingresos de la empresa este trimestre caerán justo por debajo del récord de 123.900 millones de dólares que logró en el mismo periodo del año pasado, y se prevé que los beneficios netos caigan más de un 8%, según las estimaciones de los bancos. Esto rompería una racha de 14 trimestres de crecimiento de los ingresos, ya que Apple experimenta una escasez de entre 5 y 15 millones de iPhones.
El problema de stock ha quedado patente en España, donde los usuarios han de recurrir a pedidos con esperas de varias semanas o ir visitando las tiendas con la esperanza de encontrar el modelo que desean. Esta situación animó a Jose Saez-Merino a programar @iPhoneStockES, un bot de Twitter para comprobar la disponibilidad de los nuevos iPhone en tienda. «Este año hemos visto un stock mucho más limitado para Navidades con respeto a los años anteriores donde, para estas fechas, los inventarios ya estaban estables», dice Saez-Merino. «Programé el bot cuando Apple anunció que habría falta de unidades, y en poco tiempo comenzaron a llegarme mensajes de agradecimiento de usuarios que llevaban tiempo buscando un iPhone sin éxito»
Lo pero podría estar por llegar
Los problemas no acaban aquí. No es solo un trimestre de pérdidas. Relajar las medidas “Cero COVID” causará que se reproduzcan más brotes de COVID-19 y que pueda escasear la mano de obra. Dentro de una fabrica, un solo caso positivo puede afectar a la producción de teléfonos durante varios días o semanas, lo que se traduce en pérdidas mil millonarias.
Cabe destacar que el Gobierno no permite importar vacunas desarrolladas en el extranjero. Es decir, no disponen de las vacunas que los expertos consideran ser las más efectivas, las basadas en mRNA, por motivos políticos. Además, China no comenzó a promover la vacunación en las personas de la tercera edad hasta noviembre de 2021. Sólo el 70% de los mayores de 60 años cuenta con las tres dosis, y sólo el 40% de los mayores cuenta con la pauta completa.
Su estrategia para acabar con el virus a base de cuarentenas y test no ha funcionado, y se prevé que los contagios puedan multiplicarse poniendo en jaque el transporte de comida, servicios esenciales y la producción de bienes del que dependen millones de empresas. Además, la demanda dentro del mercado nacional podría mermar también, ya que los ciudadanos podrían abstenerse de comprar bienes considerados como un lujo en medio de una pandemia que podría encarecer los productos básicos e incrementar la incertidumbre. Más del 20% de los ingresos de Apple con la venta de iPhones son gracias a las unidades vendidas en China.
Intentar erradicar el virus en lugar de adaptarse a él han dejado expuestas las líneas de producción chinas. Es muy difícil migrar la producción de tecnología fuera de China, ya que todas las fabricas están allí, incluso las dedicadas al refinamiento de minerales necesarios para la producción de teléfonos móviles. Pero se necesita una alternativa, y los principales proveedores taiwaneses como Foxconn, Pegatron y Wistron ya están buscando la forma de expandir sustancialmente sus operaciones en otros países como India.
¿Existe acaso alternativa? Apple deposita sus esperanzas en Vietnam
Según informa Wall Street Journal, Apple está solicitando a sus proveedores que planifiquen activamente el ensamblaje de productos Apple en otros lugares de Asia, en particular India y Vietnam, y está tratando incluso de reducir la dependencia de los ensambladores taiwaneses como Foxconn. Sin embargo, la desaceleración de la economía mundial y la ralentización de la contratación de mano de obra dificultan a Apple la asignación de personal para introducir tecnologías de nuevo producto, como así lo denominan internamente, a nuevos proveedores y países.
Apple y China habían formado un matrimonio perfecto, del que ambos se han estado beneficiando enormemente, hasta la pandemia. Ahora Apple necesita alternativas, pero el cambio no puede producirse de la noche a la mañana. Es muy difícil fabricar fuera de China. La marca necesita seguir poniendo nuevos iPhone en las estanterías todos los meses, y actualizar su oferta de iPad y Macbook. Pero será obligatorio, y no solo por la gestión de la pandemia, sino por el clima de tensión geopolítica y los rápidos y profundos cambios sociales que pueden observarse en China.
Los jóvenes chinos ya no están dispuestos a trabajar largas jornadas dentro de una fábrica por sueldos bajos y demandan altos salarios y unas condiciones mucho mejores que las que disponían sus padres. Los costos aumentan significativamente, pero no se pueden trasladar directamente al consumidor. Apple necesita una alternativa, pero en Vietnam, aunque está creciendo su capacidad industrial, carece de la población necesaria para adoptar toda la producción y no dispone de complejos tan sofisticados y grandes como Zhengzhou. Es imposible, de momento, fabricar el iPhone 14 Pro Max en Vietnam, pero sí los MacBook, que podrían comenzarse a producir allí.
En India, que sí dispone de la cantidad de mano de obra necesaria, carece de una regulación y coordinación gubernamental apropiada. A Apple le ha resultado difícil comenzar sus operaciones allí porque cada estado se gestiona de forma diferente, y los gobiernos regionales imponen obligaciones a la empresa antes de permitirle siquiera comenzar a fabricar productos allí.
Encontrar un iPhone estas Navidades ha podido ser complicado. Pero más aún lo será encontrar los sitios necesarios para reemplazar a la «ciudad del iPhone» construida durante décadas para fabricar uno de los productos más rentables de la Historia.
FUENTE: HIPERTEXTUAL