El encarecimiento de precios sigue intemperante en España y Europa. Como ya anticiparon organismos como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Central de España, la inflación se mantiene durante el verano y no se prevé que empiece a remitir a partir del año que viene.
El dato del IPC adelantado de julio publicado por el INE, indica una subida de 0,6 puntos respecto al anterior dato de junio, situando el indicador en el 10,8%, el nivel más alto desde septiembre de 1984.
Destaca también, aunque en sentido contrario, el descenso de los precios de los carburantes. Al tratarse de un indicador adelantado, todavía no se sabe con exactitud la incidencia de la bajada, y habrá que esperar a medidos de mes para conocer el dato preciso.
Las medidas adoptadas en los últimos meses por los bancos centrales para combatir la dinámica alcista de la inflación, con sucesivas subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo (BCE), todavía no se han traducido al valor del dinero.
La pérdida de poder adquisitivo provocada por la inflación aumenta en pleno verano, afectando a la capacidad de consumo y limitando el gasto previsto para las vacaciones, obligando a gran parte de las familias a racionalizar sus presupuestos y recortar la intensidad del mismo. Este incremento de precios también podría repercutir en el turismo, que pese a las buenas cifras previstas para este verano, podrían acusar el encarecimiento con un gasto menor.
En el caso de la inflación subyacente, que resta de la ecuación los alimentos no elaborados y los productos energéticos , la tasa también se registra un aumento de seis décimas hasta el 6,1%, que supondría el mayor dato desde enero de 1993
Fuente: Canal digital abc
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