La libra registró su mayor pérdida desde principios de octubre después de que el Banco de Inglaterra señalara que su tasa máxima probablemente sería más baja que lo implícito en los mercados, avivando los temores de que la campaña de ajuste del banco no sea suficiente para controlar la inflación.
La libra esterlina cayó hasta un 2,1% a un mínimo de US$1,1157, mientras que el rendimiento de los bonos a 30 años, entre los más sensibles a las perspectivas de los precios en la economía, se disparó más de 20 puntos básicos en un punto. El BOE aumentó su tasa de referencia en 75 puntos básicos el jueves hasta el 3%, como se esperaba, pero advirtió que es probable que el Reino Unido ya esté en una recesión que durará hasta mediados de 2024.
Las apuestas de los mercados monetarios sobre dónde las tasas de interés alcanzarán su punto máximo se mantuvieron prácticamente sin cambios en 4.75% en la segunda mitad del próximo año, una señal de que los operadores están rechazando la postura más cautelosa del BOE.
Los mercados del Reino Unido todavía parecen más estables que en las últimas semanas, ya que el gobierno ha abandonado los planes de grandes recortes de impuestos no financiados que llevaron a movimientos históricos tanto en los bonos como en la moneda. Si bien eso puede aliviar la necesidad de aumentos de BOE más agresivos en los próximos meses, los comerciantes estarán atentos a una declaración económica del nuevo gobierno que se publicará a finales de este mes para obtener más detalles.
“El Banco de Inglaterra no tuvo más remedio que cumplir con las expectativas del mercado de un aumento de 75 puntos básicos en la reunión de hoy”, dijo Hugh Gimber, estratega de mercado global de JP Morgan Asset Management. “Un aumento tan grande puede parecer injustificado dadas las señales de que la actividad del Reino Unido ya se está contrayendo, pero todavía hay poca evidencia de que la desaceleración sea suficiente para controlar la inflación”.
