El término capa 2 (layer 2 o L2, en inglés) se refiere a una serie de protocolos diferentes que permiten a los desarrolladores de la cadena de bloques Ethereum crear aplicaciones descentralizadas (dApps) que permitan mejorar el tiempo en el que se procesa una transacción y rebajar los costes del gas. Las tarifas del gas de Ethereum miden la cantidad de esfuerzo computacional requerida para ejecutar operaciones específicas en la red de Ethereum y el precio varía en función de distintos factores.

“Base es una L2 de Ethereum que ofrece una forma segura, de bajo coste y fácil de usar para que cualquier persona, en cualquier lugar, cree aplicaciones descentralizadas. Nuestro objetivo con Base es convertir ‘onchain’ en la próxima tecnología en línea e incorporar a más de 1.000 millones de usuarios a la criptoeconomía”, señaló Coinbase el pasado 23 de febrero, al tiempo que aseguró que Base será “totalmente de código abierto y de libre acceso”.

El lanzamiento de Base ha convertido a Coinbase en la única empresa que cotiza en bolsa en tener su propia red de capa 2, ya que la compañía busca ampliar sus fuentes de ingresos más allá de las comisiones por transacciones que provienen principalmente de los operadores de su plataforma. La bolsa ha dejado claro que la red no coincidirá con el lanzamiento de un token, pero podría hacer que los productos existentes de Coinbase sean una opción más popular entre los desarrolladores.

Desde el lanzamiento, una importante cantidad de proyectos se han comprometido a utilizar Base, incluida la plataforma de análisis basada en Ethereum Dune Analytics, el protocolo DeFi Aave y Animoca Brands, creadores del juego metaverso ‘The Sandbox’.

Con todo, numerosos analistas siguen sin comprar el rebote del ‘exchange’. Según algunos expertos, las recientes ganancias de Coinbase no son más que el reflejo de la característica volatilidad que tienen estos títulos desde su salida a bolsa en abril de 2021. Desde entonces, el valor ha mostrado signos de una estrecha correlación con activos digitales como bitcoin o ethereum.

En este sentido, ambas criptomonedas alcanzaron su máximo histórico en noviembre de 2021, al igual que Coinbase, que llegó a cotizar por encima de los 350 dólares. Asimismo, el precio de ambos activos se sitúa en estos momentos más de un 60% por debajo de sus máximos, mientras que el éxchange’ cotiza un 80% por debajo de dichos niveles.

Coinbase publicó la semana los resultados del cuarto trimestre, que dieron una de cal y otra de arena al mercado. La criptobolsa batió las previsiones de los expertos sobre el beneficio y los ingresos, aunque los ingresos por transacciones cayeron un 12% con respecto a las cifras de los tres meses anteriores.

Asimismo, el valor sigue ganando peso en los principales fondos de ARK Invest, la firma de Cathie Wood. La inversora se ha mostrado claramente alcista con el ‘exchange’, a pesar de las turbulencias experimentadas recientemente tras el colapso de FTX.

Por último, Coinbase anunció esta semana que suspendería la negociación de Binance USD (BUSD) tras el avance regulatorio de la SEC sobre la ‘stablecoin’.

FUENTE: BOLSAMANÍA