Los malos datos europeos “no pararán las subidas de tipos”

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Según los expertos, la actual inflación es demasiado “incómoda” para el BCE como para bajar el ritmo

Segunda caída consecutiva de la actividad total de la zona euro. El índice PMI compuesto de la actividad total de la eurozona cayó al 49,2 en agosto tras los 49,9 puntos de julio, según la lectura flash, lo que supone la segunda reducción mensual consecutiva tras dieciséis meses seguidos de crecimiento y el nivel más bajo del último año y medio. Los expertos creen que la lectura no es nada positiva, ya que aumentan las probabilidades de que la economía se contraiga en el tercer trimestre y avisan: “La profundización de la desaceleración no impedirá nuevas subidas de tipos”.

La advertencia llega por parte del equipo de Pantheon Macroeconomics, quienes señalan que la lectura flash hace que se “apunte a una caída del PIB de entre el 0,5 y el 1,0% a mediados del tercer trimestre”. “Respalda nuestra opinión de que la economía de la zona euro se encamina a una recesión técnica en el cuarto trimestre”, explican desde la firma británica.

Los analistas de Oxford Economics van más allá y subrayan que esperan que el crecimiento del PIB se estancará “efectivamente durante el resto de 2022”. “La lectura de los PMI aumenta aún más las probabilidades de que la eurozona se contraiga ya en el tercer trimestre”, agregan. El panorama entre los países que han adoptado el euro es, en su opinión, “sombrío”.

Además, los expertos de Pantheon Macroeconimics apuntan que, dado que la inflación sigue siendo elevada, “la profundización de la desaceleración no será suficiente para convencer al BCE de que no suba los tipos en los próximos meses”. “Esperamos que se produzcan subidas de 100 puntos básicos de aquí a diciembre”, añaden.

Asimismo, los analistas de la compañía radicada en Newcastle subrayan que el índice compuesto de precios de los insumos sigue apuntando que la inflación se mantendrá “incómodamente alta” para el BCE en los meses venideros, “en línea con nuestra opinión de que la inflación general de la zona euro caerá, pero seguirá siendo elevada, apoyada por la inflación subyacente”.

Para Rabobank, la “debilidad” de los datos “pone de manifiesto los vientos en contra a los que se enfrenta la economía” y apuntan en la misma dirección: “A pesar de las dificultades económicas, las implicaciones inflacionistas de la subida de los precios de la energía sugieren que el BCE seguirá siendo agresivo por ahora”.

“Se espera una nueva subida de tipos en septiembre que, en nuestra opinión, es probable que esto sólo proporcione un apoyo efímero al euro, dado que los temores de estanflación probablemente supongan una fuerte contrapartida para los posibles alcistas del euro”, explican desde el banco neerlandés.

Por otra parte, “la ralentización del empleo también es un mal presagio para los próximos meses, aunque sospechamos que el mercado laboral seguirá siendo más robusto que en anteriores crisis”, señalan los expertos de Pantheon Macroeconomics; cabe destacar que el índice compuesto de empleo volvió a descender, hasta los 52,5 puntos, mínimo de los últimos 17 meses, “al ralentizarse las intenciones de contratación tanto en la industria como en los servicios”.

“Esto respalda nuestra afirmación de que el crecimiento del empleo se reducirá del 2,4% interanual del segundo trimestre en los próximos meses, probablemente hasta alrededor del 0,5% en diciembre, y que la tasa de desempleo probablemente aumente de aquí a entonces”, añaden.

Así, desde la firma británica señalan que la subida de tipos que acometerá el organismo presidido por Christine Lagarde en septiembre será de 50 puntos y mantienen una segunda subida de 25 puntos en octubre. Sin embargo, advierten que “los riesgos se orientan actualmente hacia una subida mayor” en el décimo mes del año.

MALAS PERSPECTIVAS PARA FRANCIA Y ALEMANIA

Las dos principales economías de la zona euro salen muy mal paradas tras estos datos. Por un lado, Alemania registró la caída más intensa de la actividad total desde junio de 2020, con la producción manufacturera reduciéndose intensamente y certificando que la contracción de la actividad del sector servicios se aceleró. Por otro, en Francia, la actividad total disminuyó por primera vez en un año y medio, impulsada por una intensa caída de la producción manufacturera y un crecimiento menos marcado de la actividad del sector servicios. Fuera de los dos países principales, la actividad total en el resto de los países de la zona euro siguió aumentando, aunque tan sólo ligeramente.

Para Oxford Economics, estos datos arrojan un dato difícil de digerir: “Sugieren que incluso los países relativamente menos expuestos a la escasez de gas y a los vientos en contra de la industria se están viendo afectados con dureza”. Y la situación, teniendo en cuenta los últimos episodios, no tiene pinta de que vaya a mejorar. De hecho, Pantheon Macroeconomics descuenta que el suministro de gas esté interrumpido hasta finales de año, lo que mantendrá los precios de la energía a niveles nunca antes vistos y “probablemente” obligará al sector manufacturero a ser objeto de un racionamiento del gas y de cierres temporales.

En un tono algo más optimista, indican desde Oxford Economics, “se observaron nuevos indicios de disminución de las presiones sobre los costes de los insumos y de los cuellos de botella de la oferta, incluso en Alemania y Francia”. Esto podría ser indicio de que existen “presiones desinflacionistas en el sector de producción de bienes, que podrían estar parcialmente impulsadas por el debilitamiento de las presiones inflacionistas de la demanda, como sugiere la rápida acumulación de inventarios”.

Sin embargo, al igual que sus homólogos de Pantheon Macroeconomics, avisan que los recientes acontecimientos deben ser suficiente como para actuar con cautela ya que “los riesgos de que vuelvan las presiones sobre los precios son considerables”. “El aumento de los precios del gas se trasladaría a los costes de producción de las empresas, aunque a muy corto plazo el impacto sobre los costes podría verse compensado por las caídas de los precios de otras materias primas”, explican.

En los últimos días, el precio del gas ha alcanzado nuevos máximos de forma recurrente después de que Rusia haya anunciado un nuevo parón técnico en el gasoducto Nord Stream 1, la mayor infraestructura gasística de Europa, que actualmente opera al 20% de su capacidad. Esta incidencia, la segunda en un mes, ha tensionado los mercados energéticos y ha vuelto a suscitar dudas sobre la seguridad del suministro energético del Viejo Continente.

Los expertos de Oxford Economics señalan que los futuros están “muy por encima” de sus previsiones para los próximos trimestres y avisan que, de no bajar, las consecuencias serán negativas para el gasto y el crecimiento de los hogares europeos. Además, si el precio no cae, la inflación seguirá siendo muy alta en 2023, indican.

Si bien es cierto que las medidas de ahorro y almacenamiento parecen estar consiguiendo sus objetivos, el invierno podría ser crítico si Rusia decide cortar por completo el gas. Un problema que esta muy lejos de ser a corto plazo, ya que como advirtió el primer ministro belga Charles De Coo, Europa tiene por delante “cinco o diez inviernos muy difíciles”.


Fuente Canal digital: bolsamania

 

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