Microsoft apuesta 10,000 mdd por ChatGPT de OpenAI

Es un sistema de inteligencia artificial que responde consultas e interactúa en textos con un lenguaje sencillo.
Es un sistema de inteligencia artificial que responde consultas e interactúa en textos con un lenguaje sencillo.
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La inversión de 10 mil millones de dólares (mdd) que Microsoft considera realizar en la empresa de investigación OpenAI, con sede en San Francisco, Estados Unidos (EU), podría convertirse en el acuerdo que defina la nueva era de la Inteligencia Artificial (IA).

Si el gigante del software tiene razón acerca de las implicaciones de gran alcance de la tecnología, también podría desencadenar un reajuste en el mundo de la IA, ya que otros grupos de tecnología compiten por apartar su lugar en el nuevo campo de la IA generativa.

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OpenAI acaparó los titulares a nivel mundial el mes pasado con el lanzamiento de ChatGPT, un sistema de inteligencia artificial capaz de responder a consultas y producir textos en un lenguaje natural.

Pero los ejecutivos de Microsoft creen que la tecnología que hay detrás del servicio pronto tendrá un impacto más profundo en todo el mundo. “Estos modelos (de IA) van a cambiar la forma en que la gente interactúa con las computadoras”, dice Eric Boyd, responsable de plataformas de IA de Microsoft. Hablar con una computadora con la misma naturalidad que con una persona va a revolucionar la experiencia cotidiana de usar la tecnología.

“Entienden tu intención de una forma que no había sido posible hasta ahora y pueden traducirla en acciones informáticas”, dijo Boyd en una entrevista con el Financial Times antes de conocerse la noticia del posible acuerdo de inversión en OpenAI.

Un valor comercial

La inversión potencial de Microsoft, informada por primera vez en el boletín Semafor la semana pasada y que confirmaron dos personas familiarizadas con la situación, representaría una participación minoritaria significativa que le daría una valoración a OpenAI, una vez concentrada de 29,000 mdd. Microsoft no quiso hacer comentarios.

La posible inversión histórica se produce cuando los inversionistas de capital de riesgo apresuran a respaldar la última tendencia en inteligencia artificial, en un momento en que las modas de inversión, como el blockchain y las criptomonedas, se desvanecen.

Microsoft realizó su primera inversión de 1,000 mdd en OpenAI en 2019, con lo que selló su papel como plataforma para los modelos de inteligencia artificial altamente exigentes de la firma y le dió los primeros derechos para comercializar su tecnología.

29,000 mdd será el de mercado de OpenAI despues de la inversión de Microsoft.

El gigante estadounidense del software ya utilizó la tecnología de OpenAI en varios de sus propios productos, aunque sus ejecutivos dicen que esto solo toca la superficie de lo que vendrá después.

Sus clientes de la nube pueden pagar por el acceso a GPT-3, un modelo de IA que genera texto, desde 2021. Dall-E 2 —que forma parte de una oleada de sistemas de generación de imágenes— es la base de un producto reciente de diseño gráfico de Microsoft llamado Designer, y también está disponible a través del motor de búsqueda Bing.

Por su parte, Codex, un sistema que sugiere a los desarrolladores de software qué líneas de código deben escribir a continuación, se convirtió en un producto de GitHub, un servicio de Microsoft para desarrolladores.

La velocidad a la que este tipo de herramientas de IA pasan de la investigación avanzada al producto cotidiano posiblemente no tenga paralelo en la historia de la tecnología, según expertos. Codex se presentó en un documento de OpenAI a mediados de 2021, pero en menos de un año Microsoft lo convirtió en un servicio comercial de suscripción.

Thomas Dohmke, director ejecutivo de GitHub, dice que 40% del código creado por los programadores que utilizan el servicio Copilot es generado automáticamente por el sistema de IA, lo que reduce a la mitad el tiempo que se tarda en crear un código nuevo, un enorme salto en la productividad.

Gran parte de la tecnología de OpenAI proviene de la creación de los llamados modelos lingüísticos de gran tamaño (conocidos como LLM, por sus siglas en inglés), que se entrenan con enormes cantidades de texto. A diferencia de las formas anteriores de aprendizaje automático, esta técnica condujo a sistemas que pueden utilizarse en una mayor variedad de circunstancias, lo que aumenta su valor comercial.

“El verdadero poder de estos modelos es que son capaces de realizar muchas tareas distintas al mismo tiempo”, dice Boyd, de Microsoft. Esto hace posible el llamado aprendizaje “zero-shot”, es decir, utilizar la inteligencia artificial para nuevas tareas sin necesidad de entrenarla.

1,000 mddi nvirtió Microsoft pro primera vez en OpenAI en 2019

Una mejora productiva

Google y otros gigantes de la tecnología, así como varias startups, también han invertido recursos en la creación de modelos gigantes de IA como este. Pero desde que GPT3 asombró al mundo de la inteligencia artificial en 2020, con su capacidad para producir grandes bloques de texto, OpenAI marcó el ritmo con una sucesión de vistosas demostraciones públicas.

Los ejecutivos de Microsoft quieren utilizar esta tecnología en una amplia gama de productos. A finales del año pasado, en un evento de la compañía, Satya Nadella, su CEO, predijo que la IA generativa llevaría a “un mundo en el que todos, independientemente de su profesión” podrían apoyarse en la tecnología “para todo lo que hagan”.

La Inteligencia Artificial generativa se convertirá en una parte central de las aplicaciones de “productividad” como Office de Microsoft, dice Oren Etzioni, asesor y miembro de la junta de A12, el instituto de investigación de IA creado por el cofundador de Microsoft, Paul Allen.

Todos los trabajadores van a terminar utilizando programas de productividad que les presenten información relevante, comprueben su trabajo y les ofrezcan generar contenidos automáticamente, dice Etzioni.

A los rivales de Microsoft no se les escapa la agitación que esto podría causar en el mundo del software, ya que ven en esta tecnología una oportunidad única para entrar en los mercados dominados por las grandes compañías de tecnología.

Emad Mostaque, director de la compañía Stability AI, afirma que su organización estaba construyendo un “PowerPoint killer”, una herramienta de IA diseñada para facilitar más la creación de presentaciones que la aplicación de Microsoft.

Esto hace que Microsoft actúe a la vez a la defensiva y a la ofensiva, ya que intenta proteger productos consolidados como Office, al mismo tiempo que se enfrenta a un desafío más fuerte en mercados como el de las búsquedas en internet.

Mientras tanto, con su posible inversión en OpenAI, Microsoft también trata de utilizar su tecnología y poder financiero para posicionarse como la principal plataforma sobre la que se va a desarrollar la próxima era de la inteligencia artificial.

“La cantidad de potencia de computación en la nube que necesita (OpenAI) está más allá de la capacidad de una startup” o de un inversor de capital de riesgo, dice uno de los inversionistas. Por eso, OpenAI no tuvo más remedio que buscar el respaldo financiero de uno de los gigantes tecnológicos.

Microsoft aprovechó su primera inversión en OpenAI para sacar ventaja en el mercado, construyendo lo que describe como una supercomputadora para entrenar los gigantescos modelos de IA de la empresa de investigación. Meta, la matriz de Facebook, utiliza la misma plataforma tecnológica para su trabajo de inteligencia artificial.

Nadella afirmó que la ventaja que obtuvieron al trabajar con OpenAI, significa que los cálculos realizados por su supercomputadora de IA cuestan solo la mitad que los de sus mayores rivales. Cualquier ventaja en costos podría ser clave: los analistas de Morgan Stanley estiman que el mayor costo del procesamiento del lenguaje natural significa que responder a una consulta utilizando ChatGPT cuesta alrededor de siete veces más que una búsqueda típica en internet.

Los mayores rivales de Microsoft en el ámbito de la computación en la nube también han tratado de aliarse con algunas de las compañías de IA generativa más prometedoras, aunque ninguna de las otras startups en este campo ha producido modelos de inteligencia artificial con el alcance de OpenAI.

La división en la nube de Amazon alcanzó un acuerdo de tres años para actuar como plataforma informática de Stability AI. Otra startup de IA, CohereAI, fundada por tres investigadores de Google, llegó a un acuerdo en 2021 para utilizar la plataforma informática de la compañía de búsquedas para entrenar su propia inteligencia artificial.

Si los gigantes tecnológicos se convierten en las plataformas centrales y en inversores de las startups que construyen la próxima generación de tecnología de IA, podría plantear preocupaciones entre los reguladores.

Una persona familiarizada con la inversión de Microsoft admitió que es probable que su alianza con OpenAI se someta a un minucioso escrutinio, pero añadió que la inversión minoritaria no debería provocar ninguna intervención de los reguladores.

Pero como propietarios de las plataformas en la nube necesarias para la era de la IA generativa, parece inevitable que los grandes grupos de tecnología tengan una gran influencia en lo que vendrá en el futuro.

 

FUENTE: MILENIO

 

 

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