Nancy Pelosi aterriza en Taiwan y China amenaza con “acciones militares selectivas”

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La web de Flightradar24, que monitoriza en tiempo real el tráfico aéreo alrededor del mundo, ha colapsado varias veces este martes. Hasta 630.000 usuarios llegaron a estar conectados a la vez, refrescando una y otra vez la página para seguir al minuto el itinerario del SPAR19, avión de la fuerza aérea de Estados Unidos que despegó de Kuala Lumpur a media tarde (hora local). A bordo iba Nancy Pelosi. La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU y su séquito están de gira por Asia. Después de visitar Singapur y Malasia, la agenda oficial apuntaba a que la ruta continuaría por Corea del Sur y Japón. Pero el avión de Pelosi hizo una parada nada improvisada en Taiwan.

Después de muchas especulaciones, hipótesis y amenazas, el “culebrón Pelosi”, bautizado así durante las últimas dos semanas por la prensa china y estadounidense, ha culminado con un final que no gusta ni en Washington ni en Pekín: la segunda en la línea de sucesión a la presidencia de Estados Unidos -después de Kamala Harris- llegando a la isla autónoma que China considera una provincia separatista. “Bienvenida presidenta Pelosi. Gracias amigos demócratas por su firme apoyo a Taiwan”, fue el mensaje que apareció en la noche taiwanesa en el Taipei 101, el rascacielos más famoso de la capital de la isla.

Para Pekín, Pelosi ha cruzado una línea roja. Los líderes chinos están acostumbrados a responder con amenazas de invasión cada vez que funcionarios de Washington visitan Taiwan. Hasta en 20 ocasiones congresistas, ex senadores y diplomáticos estadounidense de segunda fila han viajado a Taiwan desde 2018. Las amenazas de China normalmente se convertían en incursiones de cazas chinos sobre la zona de defensa aérea de la isla. Pero esta vez es diferente.

Nancy Pelosi es la política estadounidense de más alto rango en pisar Taiwan desde que su predecesor republicano, Newt Gingrich, lo hiciera en 1997. Pekín entiende el viaje como una provocación histórica de su mayor rival en el tablero geopolítico global. En medio de una nueva Guerra Fría entre las dos superpotencias, en el gigante asiático están convencidos de que Washington mueve fichas en dirección a romper su tradicional postura ambigua, bajo la cual mantiene relaciones con Taiwan a la vez que reconoce la posición de Pekín: solo hay un gobierno chino en todo territorio de habla mandarín.

“EEUU será responsable y pagará el precio por dañar la soberanía y la seguridad de China”, soltó Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Exteriores de China. Minutos antes del aterrizaje de Pelosi, varios cazas Su-35 de China cruzaron la línea media que divide el Estrecho de Taiwan, provocando que las sirenas de defensa aérea de Taipei se encendieran ante el temor de un posible ataque. Desde el lunes, hay buques de guerra chinos también apostados cerca la línea divisoria: un destructor está a 80 kilómetros al sudeste de Taiwan y otros dos han sido avistados a casi 100 kilómetros al este de la isla.

El martes por la mañana, en una playa de Xiamen, al sur del país, a tan solo 20 kilómetros de Kinmen, isla gobernada por Taiwan, una fila de tanques blindados de asalto anfibio recorría la costa ante el asombro de los bañistas. Al otro lado, en el aeropuerto de Taoyuan, en Taipei, recibieron tres amenazas de bomba con la intención de interrumpir el aterrizaje de Pelosi y la página web de la oficina presidencial de Taiwan recibió un ciberataque de “fuerzas extranjeras”.

La aerolínea china Xiamen Airlines anunció interrupciones en una treintena de vuelos por “controles de tráfico aéreo” en Fujian, la provincia china que está justo al otro lado del estrecho de Taiwan. Las autoridades marítimas chinas avisaron de que iban a comenzar ejercicios militares en el Mar del Sur de China y simulacros con fuego real en el Mar de Bohai, cerca de la península de Corea. El aviso se publicó a la vez que varios aviones de combate chinos sobrevolaban la línea media que separa los dos territorios

“Es casi seguro que la respuesta de China incluirá un componente militar, muy probablemente con una demostración de fuerza en primera instancia: ejercicios con fuego real, una presencia militar mucho mayor dentro del estrecho de Taiwan y, especialmente, a través de la línea media, incluso lanzamiento de misiles. La respuesta también incluirá acciones económicas y diplomáticas”, opina Taylor Fravel, analista militar experto en China. El martes, Pekín anunció prohibiciones de importación de más de 100 empresas taiwanesas de las industrias alimentaria y agrícola.

“Es probable que la respuesta dura de China se desarrolle durante días o semanas, pero probablemente comience después de que Pelosi se vaya de Taiwán”, continúa Fravel. “Xi Jinping advirtió al menos dos veces a Biden en reuniones virtuales separadas que no debía “jugar con fuego con Taiwan”. Por lo tanto, es probable que China crea que necesita restaurar su credibilidad, reforzar sus líneas rojas sobre Taiwan y disuadir una mayor erosión de la política estadounidense”, sentencia.

“No se espera que la tensa situación se convierta en un conflicto militar o tenga un impacto en el plan del presidente Xi Jinping para asegurar un tercer mandato en el poder cuando el gobernante Partido Comunista celebre su congreso en otoño”, dice el editorial del South China Morning Post, con base en Hong Kong, uno de los diarios más influyentes de Asia. Muchos analistas internacionales comparten que, ante la nueva crisis en el estrecho de Taiwan, el presidente Xi, quien ha soltado varias veces su intención de “reunificar” Taiwan con China, por la fuerza si fuera necesario, se enfrenta a un acto de equilibrio entre responder con fuerza a la provocación de Washington sin desencadenar una guerra que ponga en peligro su reelección en el próximo congreso del partido.

Pekín no es el único que ha movido fichas en la región en las últimas horas. Pelosi ha llegado a Taiwan acompañada de un amplio despliegue militar. El ejército estadounidense ha acercado a la isla sus activos en la región, incluido el portaaviones USS Ronald Reagan, que regresó al Mar del Sur de China después de hacer una escala en el puerto de Singapur la semana pasada, el buque de asalto anfibio USS Tripoli, que está cerca de Okinawa (Japón), y el buque USS America, también en la costa japonesa. Ocho aviones de combate F-15 despegaron el martes de su base en Okinawa para brindar protección al vuelo de Pelosi, que fue escoltado también por varios aviones militares taiwaneses.

El plan de la presidenta de la Cámara es reunirse el miércoles con la líder de Taiwan, Tsai Ing-wen, de corte independentista, que lleva en el cargo de presidenta desde 2016 y que siempre se ha opuesto a la vieja propuesta del vecino de arriba: la fórmula de “un país, dos sistemas”, el formato que se estableció en Hong Kong, según la cual la isla tendría una autonomía significativa si acepta la reunificación, aunque estaría sometida al yugo del régimen chino como ha ocurrido en la ex colonia británica.

“Nos gustaría decirle a Estados Unidos que el Ejército Popular de Liberación (EPL) nunca se quedará de brazos cruzados y que China dará respuestas resueltas y fuertes contramedidas para defender su soberanía e integridad territorial”, advirtió el lunes Zhao Lijian, otro vocero del Gobierno chino, quien aseguró que, debido al estatus de Pelosi como la “oficial número 3 del gobierno de Estados Unidos, una visita a Taiwan provocaría un impacto político atroz”.

El EPL, que el lunes organizó varios eventos sacando músculo para celebrar su 95 aniversario, publicó un video en Weibo, el Twitter chino, donde presentaba su armamento y simulaba combates en tierra, mar y aire, algo que muchos usuarios jalearon, interpretando las imágenes como una advertencia de que pronto atacarían Taiwan. A encender los ánimos bélicos también ayudaron comentarios como los que soltó Yogjun Xie, alto funcionario del ministerio de Exteriores chino, que insinuó en que China estaba lista para atacar en cualquier momento. Este mismo martes, a raíz de la visita de Pelosi, Taiwan ha denunciado 21 incursiones de aviones de combate chinos en la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Taiwan.

La semana pasada, el EPL describió el viaje de Pelosi como un movimiento para apoyar la “independencia de Taiwán” que violaba el principio de una sola China y advirtió que los militares no “harían la vista gorda”. El Comando del Teatro del Este, la sección del ejército chino que supervisa el estrecho de Taiwan, publicó un video que muestra una prueba de su misil balístico de corto alcance DF-11, que se considera diseñado para apuntar a la isla.

Antes de la llegada de Pelosi a Taiwan, mientras desde China intensificaban la retórica militar, la agencia de noticias de la isla informaba de que el ejército taiwanés había reforzado su “preparación para el combate” para reaccionar a las “amenazas enemigas”. Reuters también contaba que Taiwan, donde viven 23 millones de personas, está preparando sus refugios antiaéreos por los temores sobre la posibilidad de un ataque chino.

Taiwan tiene su propia Constitución, gobernantes elegidos democráticamente y 300.000 soldados activos en sus fuerzas armadas. De facto, funciona como un país completamente independiente y los tentáculos de Pekín, que nunca ha controlado la isla con el Partido Comunista Chino (PCCh) al mando, no tienen poder real dentro del Ejecutivo taiwanés.

El problema que tiene Taiwan es que solo 14 naciones en todo el mundo reconocen su soberanía. Y en esa lista no hay ninguna potencia internacional, ni siquiera el agitador Estados Unidos, su gran patrocinador y mayor proveedor de armas, que a la hora de la verdad esquiva mencionar formalmente una posible independencia de Taiwan.

Lo que sí ha hecho recientemente el presidente Biden ha sido comprometerse a que Estados Unidos defenderá a Taiwan en caso de una invasión. Aunque el paso 28 de julio, durante la última conversación de Biden con Xi Jinping, el demócrata reiteró a su homólogo chino que Estados Unidos “no ha cambiado” su posición respecto a Taiwan. La isla ya se prepara para aguantar la campaña de presión militar -“sin precedentes”, avisan funcionarios chinos- que prepara Pekín como respuesta a la visita de Pelosi.

 

FUENTE: ELMUNDO.COM

 

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