Las lecturas preliminares de los PMI de septiembre parecen confirmar lo inevitable. A falta de conocer el dato de la eurozona, que se conoce a partir de las 10:00 horas, los datos de Alemania y Francia confirman que el horizonte sigue siendo la recesión. Aunque las cifras han sido mixtas, el panorama sigue siendo oscuro. Se consolida la tendencia manifiesta en los datos de agosto, que apuntaban a un desgaste en el repunte post-covid de los servicios.
En Alemania, el PMI manufacturero ha sido de 48,3 puntos, cumpliendo con las estimaciones de los economistas y por debajo de los 49,1 de la lectura anterior. El PMI de servicios ha sufrido un deterior mayor al pasar de 47,7 a 45,4: los analistas esperaban un 47,2. El PMI compuesto de un 46,9 a un 45,9, esperando los economistas 46 puntos. Todas las cifras están por debajo de 50, lo que supone estar en territorio de contracción de la actividad.
En Francia los datos han sido más dispares. El PMI manufacturero sufre un golpe mayor al pasar de los 50,6 a los 47,8 puntos y entrar en territorio de contracción. Por contra, el PMI de servicios ha pasado de una lectura de 51,2 puntos a una de 53 (se esperaba que cayera a 50,5). Esto ha hecho que el PMI compuesto haya pasado del 50,4 al 51,2, un avance mayor de lo esperado.
El caso alemán. «La economía alemana parece que se contraerá en el tercer trimestre, y con el PMI mostrando la desaceleración en septiembre y los indicadores prospectivos de la encuesta también deteriorándose, las perspectivas para el cuarto trimestre tampoco parecen buenas. La profundización del declive de la actividad empresarial en septiembre estuvo encabezada por el sector de los servicios, que ha visto cómo la demanda se debilitaba rápidamente a medida que los clientes reducían el gasto debido a la restricción de los presupuestos y al aumento de la incertidumbre sobre las perspectivas», señala Phil Smith en el informe de S&P Global, firma que recaba los índices.
El caso francés. «El movimiento al alza del PMI compuesto de producción no debe quitarle importancia al claro mensaje que se desprende de la encuesta en su conjunto: la economía francesa tiene problemas. La debilidad es más llamativa en el sector manufacturero, donde la desaceleración se aceleró en septiembre, ya que el exceso de existencias en los almacenes, el rápido deterioro de la demanda de bienes, el aumento de la incertidumbre económica y las intensas presiones sobre los precios hicieron bajar los volúmenes de producción», explica Joe Hayes, de S&P Global.
FUENTE: ELECONOMISTA.ES
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