España ha iniciado el proceso de retirada del Tratado de la Carta de la Energía, un tratado europeo que protege las inversiones energéticas, dijo el jueves un portavoz del Ministerio de Energía.
La ministra Ribera, había pedido en el pasado “una salida coordinada del ECT” por parte de la UE y sus Estados miembros de ese marco jurídico, y finalmente ha decidido dar el paso.
El tratado, en vigor desde 1998, fue diseñado para asegurar el suministro de energía en la región y otorga protección.
El ECT es un tratado multilateral firmado por 53 países y desde 1998, cuya modernización se negocia desde hace cuatro años. Tras una última ronda celebrada en julio en Bruselas, quedó en un estatus en que el tratado se actualizaría automáticamente en noviembre.
Originalmente fue concebido en la antigua Unión Soviética, permitiendo a los inversionistas demandar a los gobiernos por políticas que ponen en peligro sus inversiones.
La protección que ofrece ese tratado se había utilizado en los últimos años tanto por empresas de combustibles fósiles como de energías renovables para litigar contra los gobiernos firmantes por cambios en políticas climáticas diseñadas para ir eliminando los combustibles fósiles.
La nueva versión del ECT
El tratado se diseñó tras la desaparición de la URSS y se concibió para promover la seguridad energética fomentando mercados competitivos que al mismo tiempo respeten los principios de desarrollo sostenible.
Está suscrito por la Unión Europea, salvo Italia, y países como el Reino Unido, Bosnia y Herzegovina, Japón, Armenia, Jordania, Ucrania o Tayikistán. Contempla un sistema de protección de las inversiones, trato no discriminatorio o resolución de disputas a través de mecanismos de arbitraje.
El texto había quedado anticuado en virtud de los objetivos del Acuerdo de París de 2015 para desacelerar el cambio climático. Los gobiernos han estado trabajando en una versión actualizada que excluiría la inversión en energía basada en combustibles fósiles. Sin embargo, luego de su última revisión en julio, no hubo cambios significativos en este sentido.
Varios de los puntos en discusión generaban grandes recelos, en particular la protección a las inversiones en infraestructuras para combustibles fósiles.
La retirada de España del tratado ha sido acogida de buen grado por organizaciones ecologistas como la CAN, que calificó la decisión de España como “valiente” y llamó a otros países de la UE a seguirlo.
“Lo peligroso es seguir dentro. Con la crisis climática y de combustibles fósiles que vivimos, no podemos permitir que los países malgasten dinero público en compensar a empresas de combustibles fósiles por emprender políticas que ayudan a frenar las emisiones”, declaró a Efe la experta en Políticas de Comercio de CAN Europa Cornelia Maarfiel.
FUENTE: CRIPTONOTICIAS