Trípoli, 16 jul (EFE).- La Compañía Nacional de Petróleo de Libia (NOC) levantó el «estado de fuerza mayor» en los campos de crudo y puertos de exportación, bloqueados por la crisis política, después del cambio en la directiva decretado por el Gobierno de Trípoli.
El jefe del comité que supervisa el cierre petrolero anunció ayer viernes «la reanudación de la producción y exportación», bloqueada por cierres intermitentes a causa de las protestas que han supuesto una acusada caída del crudo, hasta los 100.000 barriles diarios en junio.
El nuevo presidente de la NOC, Farhat Omar Bingadara, tomó el pasado jueves posesión de su cargo en sustitución de Mustafa Sanalla, pese a que este se opuso a dejar la dirección por no reconocer la autoridad del Gobierno de Unidad Nacional (GUN) de Abdulhamid Dbeiba, con sede en Trípoli.
Dbeida rivaliza desde febrero con Fathi Bashaga, primer ministro paralelo designado por el Parlamento, establecido en la ciudad oriental de Tobruk, que derivó en una nueva división política, con grupos tribales y manifestantes bloqueando los principales yacimientos y puertos de exportación del país.
Sanalla, que ocupó el puesto desde 2014, acusó a Emiratos Árabes Unidos (EAU) -valedor de las fuerzas del este del país del mariscal Jalifa Haftar durante la pasada guerra civil- de promover un acuerdo con Dbeiba para controlar el petróleo libio y precipitar su dimisión.
La Compañía General de Electricidad confía en que el levantamiento de fuerza mayor se reflejará positivamente en la actividad de la red eléctrica del país, que ha sufrido importantes cortes durante estos meses de bloqueo.
Italia, a través de su embajada, celebró la normalización del sector energético así como el «diálogo político intra-libio», para avanzar en una «hoja de ruta electoral consensuada con el apoyo de la ONU».
La producción de crudo había descendido de los entorno a 800.000 barriles diarios a apenas 100.000 registrados a mediados de junio.
El petróleo es casi la única fuente de ingresos del país, y la NOC, petrolera estatal y única autorizada para comercializar, se había mantenido relativamente al margen de las disputas políticas.
El país magrebí producía unos 1,8 millones de barriles diarios antes del derrocamiento del dictador Muamar Gadafi en 2011, pero sus instalaciones han sido objeto desde entonces de ataques por las sucesivas luchas de poder. EFE
Fuente: Canal digital swissinfo
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