Los expertos prevén una nueva recesión económica para el final de 2022

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“Claro que en el último trimestre vamos a entrar en recesión”. Así de contundente se pronuncia la fiscalista y miembro de la Fundación Civismo, María Crespo, ante la pregunta formulada por elEconomista.es. Además, y ante esta situación, y desde un punto de vista político, el vicesecretario económico del PP, Juan Bravo, señala que este el momento de aprovechar la crisis para transformar España.

Y no es la única persona especialista que se manifiesta en este sentido. En nuestra ronda de expertos, economistas como Daniel Lacalle, Lorenzo Bernardo de Quirós, Salvador Marín, Javier Santacruz, Daniel Rodríguez Asensio, Santiago Sánchez y Sergio Ávila entre otros, también prevén un final de año de recesión técnica que, a más tardar, tendrá lugar en los primeros trimestres de 2023.

Otros analistas mantienen, como es el caso de Gregorio Izquierdo o José María Rotellar, que si bien no creen que España acabe el año en recesión, sí que vaticinan un otoño difícil con caída de actividad, aumento del desempleo y con alta tasa de inflación y, sin descartar escenarios más contingentes con restricciones de suministros.

Los indicadores
El punto de partida de estas valoraciones está en los indicadores económicos. Variables como la confianza empresarial -en declive-; el último dato de inflación, del 10,8% -el más alto desde 1984-; el aumento en julio del paro, en 3.230 personas -colocándose en la peor referencia en décadas, en este mes tradicionalmente generador de empleo-; el endeudamiento de las familias con una caída del ahorro en 2022 de menos 0,8%, frente al ahorro en positivo de 2021, de hasta un 8.3%-; o la subida de los tipos de interés del BCE de 0,75 puntos, abonan este escenario.

El factor americano
En pleno Perte del Vehículo eléctrico, el desplome de las matriculaciones de turismos y todos terrenos en España ha sido del 12,5% , con un 12% de tasa interanual. Pero también lastra la deuda nacional de 1 billón 400 mil millones, la caída del sector manufacturero, y el precio de l os combustibles y, la fuerte inestabilidad internacional.

Factores todos que, en opinión de los expertos consultados señalan una recesión del sector productivo o recesión técnica, que empezará a ser evidente una vez que acabe la temporada alta del turismo. Circunstancia, que se podrá apreciar a finales de año o, en los dos primeros trimestres de 2022.

Y por si todo esto fuera poco, los expertos miran al indicador macroeconómico adelantado que marca que la economía de Estados Unidos ya está en recesión.

La subida de los tipos y el desahorro de las familias
Para María Crespo, fiscalista y miembro de la Fundación Civismo, “claro que en el último trimestre vamos a entrar en recesión. Ya ha entrado en recesión Estados Unidos, un indicador macroeconómico adelantado de lo que va a pasar en Europa”.

Pero también sostiene Crespo que “es probable que haya recesión, porque hay una subida de tipos de interés que adelantan, y con el que se pretende frenar el efecto de inflación en el ámbito micro de las familias, cuyo endeudamiento es altísimo”.

Y es que, “la subida de los tipos -señala- evidencia una mala situación. Una decisión que el BCE ha tomado por las economías de Italia y de España, mientras que, Alemania, por su parte, tiene en su recuerdo la inflación que vivió con la República de Weimar; y no quiere que esto vuelva a suceder”.

“Esta recesión se está adelantando, aunque se está compensando con otros indicadores de contabilidad nacional”

En términos microeconómicos -analiza-, “esta recesión se está adelantando, aunque se está compensando con otros indicadores de contabilidad nacional. Por eso técnicamente no hemos entrado en recesión. Porque no ha habido dos trimestres consecutivos de caída del PIB”. Pero añade Crespo que, “en el último trimestre, el ahorro privado ha caído a -0,8% de su renta disponible. Eso quiere decir que consumimos mucho más de lo que ingresamos. Sin olvidar que, la tasa de ahorro de 2021, comparada con este trimestre de 2022, fue del 8,3%”.

“Este desahorro -colige la economista- se evidencia porque la deuda privada en 2022 es de 1.427 millones, cuando el ahorro de 2021 fue de 14.516 millones de euros. Y a pesar de la ilusión económica de las políticas keynesianas, a través de los Next Generation -concluye-, los españoles estamos altamente endeudados. No generamos riqueza. El PIB no crece y gastamos más de lo que ingresamos, por lo que, probablemente que en el cuarto trimestre de 2022 cerremos en recesión técnica”.

*El sector productivo
Explica Daniel Lacalle, economista y jefe de Tressis que, “si analizamos los datos del índice manufacturero de julio, éste ya está en contracción. Y si vemos los datos de servicios, el consumo de turistas de julio ya está cayendo con respecto a meses similares en épocas normales. Así pues -describe-, servicios y manufacturero, ya están en contracción. Y además, la demanda eléctrica ya lo demuestra y la de gas también. Por tanto -persiste-, puede que en agregado, el PIB, que siempre sale relativamente mejor, no refleje una recesión, si se aplican los fondos europeos, y además se mantiene el gasto público elevado. Pero -remata Lacalle- la evidencia del sector productivo es que la contracción ya ha llegado, y por lo tanto, la recesión en términos de sector productivo, es muy posible en los próximos meses”.

*De la estanflación a la recesión
Para Lorenzo Bernardo de Quirós, presidente y socio de la consultora Freemarkt Corporative, “la economía española camina con paso firme hacia una recesión inflacionaria, un fenómeno bastante más complicado que el ya complejo de estanflación que es donde ya estamos”.

Salvo que el INE lo arregle, dice el economista, “el cuarto trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023 registrarán con casi total seguridad una contracción del PIB, lo que se traduce en una recesión técnica. Sin duda -añade-, la guerra ha tenido un efecto importante, pero de aceleración de una tendencia a la pérdida de vigor de la economía española desde el último trimestre de 2021, agravada además por la sucesión de medidas económicas inadecuadas del Gobierno”.

*El indicador ‘economic sentiment’
Mantiene Salvador Marín, director del Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas, que “todos los índices adelantados vienen apuntando a la recesión. Es el caso del PMI manufacturero, que es el peor dato en año y medio. Además, los datos de empleo están en claro estancamiento y bajando y, el indicador de ‘economic sentiment’ disminuyó ya un 1,8% en junio. Otros movimientos en mercados van por el mismo sentido. Y, la paridad euro-dólar no se veía desde hace muchos años, al tiempo que los tipos de interés van alza, en un contexto de una economía sin prácticamente crecimiento, con signos de pérdida de competitividad y, con unos fondos que siguen sin entrar a la economía real, y una inflación por las nubes. Pues bien -subraya el directivo del CGE-, con todos estos datos, y nos gustaría dar otros, si no son el preludio de una recesión, mucho lo parece”.

*Embridar la inflación
En opinión de Javier Santacruz, investigador principal de Civismo, “es evidente que, no a finales de año, pero sí en el primero o segundo trimestre del año que viene, nos encontraremos con una recesión. En términos aritméticos, incluso los últimos trimestres del año, aunque fueran cero, o negativos -apunta-, la tasa de crecimiento de todo el año sería entorno del 4%. En ese sentido, la recesión es inevitable, ya que es la manera de embridar la inflación, que es una de las consecuencias de que suban los tipos de interés de manera pronunciada en los próximos meses. Y esta consecuencia -remarca Santacruz-, es más complicada en el caso de España, ya que, de las grandes economías europeas, España es el país que todavía no ha recuperado el PIB precovid”.

*Menor poder adquisitivo
Sergio Ávila, analista de Mercados de IG, defiende que aun estamos en temporada alta de turismo, y por tanto seguimos con datos de crecimiento, el PMI del sector servicios sigue en expansión (último dato 53,8), lo que nos indica que este trimestre es probable que el crecimiento aguante en positivo. Pero el problema -advierte- vendrá después del verano, una vez que el turismo termine la temporada alta. De hecho, insiste, el sector manufacturero ya ha mostrado contracción en 48,7%; la subida de tipos del BCE empezará a tener un impacto mayor en el cuarto trimestre del año, una vez se vuelvan a subir los tipos en el mes de septiembre, la tasa impositiva del IRPF se sitúa ahora en el 47% desde el 45% anterior, haciendo que los consumidores tengan menos poder adquisitivo, y a esto se suma una inflación insostenible del 10,8%. De manera que -sustancia-, en este contexto, espera que el primer trimestre de caída del PIB sea el último de 2022 y, entremos en recesión técnica en el primer trimestre de 2023 (recesión técnica: dos trimestres consecutivos de caída del PIB).

El paro de julio nos alerta
Para el economista Santiago Sánchez, “los indicadores adelantados de la economía española se han ido deteriorando en las últimas semanas de manera preocupante, anticipando el deterioro que la mayoría de los analistas preveían para final del ejercicio, y que se ha hecho más evidente con el peor dato de paro de un mes de Julio en 20 años”.

Solo hay que mirar, propone, al comercio minorista que lleva dos meses seguidos (mayo y junio) con tasas negativas de -0,1%, por productos la Alimentación es la única que presenta datos positivos (+1,9%).

Después de dos años malos en cuanto a matriculación de vehículos, 2020 y 2021 -destaca-, “este mes de julio hemos asistido a una caída del 12,5% en matriculaciones de turismos y todo terrenos, con una caída anual acumulada con respecto a 2021 del 11%”.

“Los indicadores adelantados están anticipando el peor de los escenarios posibles”

Y luego está la confianza del consumidor -matiza-, que “muestra la percepción negativa de los ciudadanos sobre el futuro, con una visión pesimista sobre su porvenir a consecuencia de la inflación, la incertidumbre y las erráticas decisiones de política económica del Gobierno”. Por eso -afirma-, “no es de extrañar el escaso aporte del consumo de los hogares a los datos del PIB que hemos conocido este año”.

En definitiva -resume-, “los indicadores adelantados están anticipando el peor de los escenarios posibles, con un crecimiento negativo para el último trimestre del año y el primero de 2023, donde el mal dato de paro de julio nos alerta de un deterioro de la economía española más rápido de lo inicialmente previsto”.

El economista Daniel Rodríguez Asensio siempre ha defendido que el primer trimestre con dato de PIB negativo en España iba a ser el cuarto de 2022. Es decir, la recesión técnica vendrá en el primero de 2023. Y esto es debido en parte “a la buena temporada turística, que era previsible en España y, de hecho -señala-, se está dando. Eso sí, con caída notable del gasto medio del turista. Ahora bien, el dato del segundo trimestre ha sorprendido al alza, ha sido mejor de lo esperado. Por el turismo, claro”, afirma. No en vano, mantiene Rodríguez Asensio, su escenario base de recesión técnica “será en el primer trimestre de 2023, aunque es un asunto puramente formal, ya que España lleva en estanflación desde principios de año”.

*El empeoramiento del poder adquisitivo
Para José María Rotellar, “la situación económica es mala y empeora de manera clara y acelerada. La cuestión importante, a mi juicio -señala- no es si va a producirse una recesión técnica, que implica dos trimestres consecutivos con el PIB cayendo, a final de año, sino el deterioro de los fundamentales de la economía española y el empeoramiento del poder adquisitivo que ya están sufriendo las familias, que no pueden poner el aire o que no podrán poner la calefacción porque no pueden pagar el recibo de la luz; que no pueden utilizar el coche, porque no pueden llenar el depósito; y que cada día van a la compra y se llevan menos productos por más dinero”.

“Junto a ello -añade Rotellar-, el aumento de costes de nuestra industria le hace parar producción y perder mercados. La subida de hipotecas y financiación en general, disminuirá más el consumo, la inversión y la producción. Eso hará -advierte el economista-, que la actividad caiga y, con ello, el empleo”.

“El dato laboral de julio -continúa- es pésimo y anticipa lo peor. Por tanto, lo relevante no es si a final de año estaremos en recesión técnica -quizás los dos trimestres centrales, por el turismo, lo evite- sino que a partir de otoño, especialmente desde finales de octubre, la situación puede ser muy mala, con caída de la actividad, incremento del desempleo e inflación elevada”.

Es por esto -explica-, que “se necesita un cambio de rumbo en política económica, que ayude a los españoles y no que los endeude más y estrangule a impuestos, y una política energética sensata, que aproveche todos los recursos sin prejuicios ideológicos y que huya de los parches del plan energético y de las ocurrencias como la de las corbatas o la de pensar qué coger de la nevera antes de abrirla, para mantenerla abierta poco tiempo”.

“Desgraciadamente -concluye-, con la política actual del Gobierno, muchos españoles no van a tener qué pensar qué coger de la nevera, porque no van a poder llenarla por empobrecimiento al que les lleva la gestión gubernamental.

*Un escenario de restricciones
En opinión de Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos, el escenario mas probable de cierre de este ejercicio es de significativa desaceleración pero no de recesión salvo en los escenarios mas contingentes. “Una vez agotado el impulso de la recuperación de la actividad y el empleo perdido en el covid -detalla-, en un entorno de alta inflación, incertidumbre elevada e impuestos crecientes, nuestro ciclo empieza a evidenciar señales de cierto desfallecimiento (como ha sucedido con el empleo y la actividad industrial de julio), pero el fuerte peso de nuestro sector servicios y del turismo, la materialización de los fondos Next Generatinon -añade- y, la inercia de unas condiciones financieras y presupuestarias expansivas todavía permitirán crecimiento de signo positivo a corto plazo”.

Pese a todo ello señala que, “la contingencia de la recesión, que no es el escenario central, pero que tampoco podemos descartar, se podría visibilizar ante todo en un escenario europeo de restricciones de suministro energético y/o de un tensionamiento monetario mucho mayor del anunciado, como el que espera para los Estados Unidos pero no en Europa.

“Aprovechemos el momento y los recursos para construir una España basada en la tecnología”

*Juan Bravo: “Nunca desperdicies una buena crisis”
El vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, ha explicado para elEconomista.es que, “cuando nos acercamos a los últimos datos internacionales, observamos realidades a las q España no va a quedar indiferente, lo más reciente el Banco de Inglaterra con la subida del tipo de interés hasta alcanzar el 1,75 y pronosticar año difícil el 2023”.

“El BCE -señala el dirigente popular-, con una reciente encuesta concluye que tardaremos 3 años en alcanzar una inflación del 2,8%. Así pues, añade, ante estos ‘nubarrones’ es el momento del cambio, de la transformación, del Plan Feijoo, reducción de gasto político, acelerar el uso de fondos europeos transformadores, momento de la simplificación y de las reformas buscando productividad”.

“Desconozco -subraya-, si la frase fue de Maquiavelo, de Raül Emanuel, o de quien fuera, pero recordemos “nunca desperdicies una buena crisis”, y por tanto, “aprovechemos el momento y los recursos para construir una España basada en la tecnología, en la productividad, en los grandes proyectos. Ahora es el momento de los grandes gestores”, concluye.


  Fuente: Canal digital eleconomista

 

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