En un artículo de opinión para Scientific American, el profesor de física Stephen Cohen, del Vanier College de Montreal, afirma que esta tecnología de ciencia ficción podría ser una realidad en las próximas décadas.
En los últimos años, tanto Cohen como otros investigadores han encontrado nuevas formas de probar los diseños y responder a las preguntas sobre cómo podrían funcionar los ascensores espaciales.
Cohen describe el ascensor espacial como «un cable que se extiende desde la Tierra hasta el espacio, a lo largo del cual pueden viajar fácilmente personas y cargas». En su artículo de opinión, afirma que los ingenieros y científicos están abriendo nuevos caminos a la hora de diseñar estas enormes estructuras que podrían revolucionar la forma de acceder al espacio.
¿Por qué construir un ascensor espacial?
Los ascensores espaciales tienen el potencial de reducir masivamente el costo y la energía necesarios para ir al espacio. Empresas como SpinLaunch ya están probando nuevas tecnologías potencialmente revolucionarias que podrían reducir drásticamente los costes de envío de pequeños satélites y cargas útiles científicas al espacio.
Los ascensores espaciales podrían lanzar al espacio personas, cargas y cargas útiles científicas, por lo que tendrían la ventaja añadida de impulsar los vuelos espaciales tripulados y el turismo espacial.
Con los ascensores espaciales, «la palabra ‘misión espacial‘ sería sustituida por ‘tránsito‘, ya que los viajes al espacio se convertirían en algo rutinario y casi independiente de las condiciones meteorológicas», escribe Cohen. «Los tránsitos con seres humanos serían más seguros que las prácticas actuales, en las que los astronautas deben aceptar un riesgo no despreciable para sus vidas con cada lanzamiento».
Un ascensor espacial se convierte en un puente hacia todo el sistema solar. Si se lanza una carga útil en la parte inferior, se orbita la Tierra, pero si se hace en la parte superior, se orbita el sol, todo ello sin combustible.
¿Cómo funcionaría un ascensor espacial?
Cohen explica que su fascinación por los ascensores espaciales empezó cuando discutía los temas de su tesis con el profesor Arun Misra, el principal experto espacial del departamento de ingeniería mecánica de la Universidad McGill, en 2004.
Misra le habló del concepto de ascensor espacial, un cable de 100.000 km de longitud que se extiende hacia el cielo desde el ecuador de la Tierra y se une a un satélite en órbita geosincrónica, lo que significa que orbita a la misma velocidad que la Tierra y, por lo tanto, vuela sobre un lugar fijo.
El concepto también utilizaría escaladores mecánicos para viajar a diferentes altitudes desde la superficie de la Tierra. Dependiendo de la altitud a la que se suelte una cápsula o nave espacial, ésta comenzaría a orbitar la Tierra o el Sol o caería de nuevo a la Tierra.
A lo largo de los años se han sugerido diferentes conceptos de ascensores mecánicos. Un concepto de ascensor espacial, por ejemplo, utilizaría transportadores ferroviarios de levitación magnética para atravesar el enorme cable espacial a velocidades muy altas.
Como señala Cohen en su artículo, el material necesario para ese cable tendría que ser 50 veces más resistente que el acero, por lo que los ascensores espaciales son imposibles con nuestra tecnología actual. Mientras tanto, él y «un puñado de personas en el mundo pretenden que este problema se resuelva y abordan otros aspectos de ingeniería de los ascensores espaciales mientras esperamos».
Aunque Cohen no trabaja directamente en el aspecto material de la tecnología de los ascensores espaciales, cree que podríamos estar a sólo una o dos décadas de tener el material necesario para hacer realidad los ascensores espaciales.
Los científicos trabajan constantemente en la fabricación de materiales y tecnologías más resistentes por diversas razones relacionadas con los proyectos de infraestructuras mundiales. Este trabajo podría desembocar algún día en la llegada de los ascensores espaciales. Sería un avance que podría abrir el espacio a las masas y ayudar a la humanidad a llegar más lejos que nunca en el cosmos.
FUENTE: WORLD ENERGY TRADE