Hechos clave:
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La inflación interanual en Argentina es del 102%.
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De forma individual, los argentinos ingenian métodos para escapar de la devaluación del peso.
El 15 de marzo de 2022, hace exactamente un año, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, le declaró la guerra a la inflación.
Por aquel entonces, en un histriónico discurso, el mandatario daba algunos detalles sobre la contienda bélica que libraría:
«Quisiéramos que eso no nos pasara ahora, porque nos cuesta mucho recuperarnos. Espero que esta semana podamos empezar a poner orden al tema de la deuda tremenda que heredamos. Y el viernes empieza la guerra contra la inflación en la Argentina; vamos a terminar con los especuladores».
Alberto Fernández, presidente de Argentina, 15 de marzo de 2022.
En ese mismo discurso, Fernández explicaba cuál es, para él, la principal causa del recrudecimiento de la inflación: la guerra entre Rusia y Ucrania. Sus efectos colaterales, decía, «no llegan en forma de balas, sino de repercusiones económicas, y la mayor repercusión económica es que esa lucha ha desatado un aumento de los precios en todo el mundo.
También señalaba, como responsable de la elevada inflación en Argentina a su predecesor en el cargo, el expresidente Mauricio Macri: «Nos cuesta mucho recuperarnos de esa inflación de quien precedió mi mandato, que nosotros creímos empezar a resolver, pero ahora se vuelve a desatar con toda ferocidad».
Por último, presentó el arma con el que pretendía combatir a la inflación: mayor intervención estatal: «no nos avergüenza decir que el Estado tiene que estar presente para poner justicia donde el mercado genera injusticia».
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Análisis de los resultados a 1 año del inicio de la guerra
Hasta el momento, Fernández, quien ocupa también el rol de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Argentina, no hizo público un anuncio de rendimiento, victoria o tregua. Se infiere así, que la guerra contra la inflación está todavía en curso. Analicemos los resultados parciales.
En 2021, la inflación cerró en 54,2% anual, de acuerdo con datos del Banco Mundial. En 2022, año en el que comenzó la guerra contra la inflación, los números empeoraron. El índice de precios al consumidor tuvo un incremento interanual del 94,8%, según el propio Gobierno argentino.
En el año en curso, la inflación sigue mostrando superioridad militar sobre las armas del Estado argentino. La inflación interanual en lo que va de 2023, recientemente publicada, es del 102%.
El veredicto es claro: la estrategia militar del comandante Fernández en la guerra contra la inflación no está dando el resultado esperado. Ni los controles de precios, ni los planes de «precios cuidados», ni la presión a productores y comerciantes causan efecto en el mercado.
Vale aclarar que entre las armas del Estado argentino para combatir la inflación no se encuentra la reducción del gasto público financiado con emisión de dinero. El economista liberal Milton Friedman, referente de la Escuela de Chicago, decía que «la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario». Pero Fernández hace caso omiso a esa máxima.
Ante la falta de respuesta efectiva por parte del Estado, son los propios argentinos los que toman medidas para resguardarse de la devaluación de su moneda. Como CriptoNoticias reportó, hay tiendas que ponen los precios de algunos productos en una moneda más fuerte, como es el dólar estadounidense. Así, evitan tener que remarcar constantemente los precios en pesos.
Por su parte, los ahorristas siguen confiando en alternativas a la moneda nacional. El dólar estadounidense en billetes es la opción favorita. También, muchos se vuelcan a bitcoin (BTC) como reserva de valor o, en su defecto, a otras criptomonedas, por ejemplo, las stablecoins. Diversas encuestas y estudios muestran que Argentina es, a nivel mundial, uno de los países que lidera la adopción de estas tecnologías.
Cuenta la historia que, en las Invasiones Inglesas de inicios del siglo XIX a las tierras rioplatenses, los civiles colaboraban con las fuerzas militares, tirando baldes de agua o aceite hirviendo desde los balcones y techos, para repeler a los atacantes. Asimismo, en la actual lucha contra la inflación —y ante la inoperancia total del Estado— tal parece que serán los propios civiles quienes deban dar la batalla de forma individual. En el siglo XXI, gracias a Satoshi Nakamoto, a diferencia de lo que ocurría años atrás, los argentinos disponen de más armas para hacerle frente a la inflación.