Estados Unidos no ve a la Unión Europea (UE) como un rival en la transición hacia una energía baja en carbono, ha declarado la secretaria de Energía estadounidense, Jennifer Granholm, señalando que la administración Biden busca construir cadenas de suministro entre países con los que EE.UU. comparte los mismos valores.
«No queremos que haya rivalidad comercial. Y estamos debatiendo con nuestros homólogos de la UE cómo asegurarnos de que podemos hacerlo de una manera que beneficie a todos», declaró Granholm al Financial Times en una entrevista.
La promulgación de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) del paquete de medidas climáticas del Presidente de Estados Unidos ha provocado tensiones comerciales entre Washington y los aliados que compiten por el dinero y la mano de obra cualificada para avanzar en el abandono de los combustibles fósiles y combatir el cambio climático.
La Secretaria de Energía estadounidense trató de aliviar las tensiones que han aparecido recientemente entre la UE y EE.UU. tras la introducción de la IRA, que estipulaba generosas subvenciones para muchos aspectos de la transición energética, desatando el temor en las capitales europeas de que las empresas eligieran EE.UU. para hacer negocios en lugar de la UE.
Esto llevó a la Comisión a prometer que la UE hará más para estimular la inversión local y facilitarla con sus propias subvenciones, a pesar de que algunos Estados miembros tienen grandes dudas sobre la conveniencia de dar dinero a las empresas para avanzar en la transición energética.
Los incentivos estadounidenses a la energía limpia, a través de la histórica Ley de Reducción de la Inflación, podrían retrasar a Europa en la carrera por la descarbonización.
A principios de esta semana, el esfuerzo por evitar que las empresas se vayan con sus proyectos ecológicos culminó en lo que de hecho fue una iniciativa de equiparación de precios: Bruselas permitió a los Estados miembros igualar las subvenciones ofrecidas por la administración estadounidense para que las empresas se quedaran en casa.
Granholm declaró al FT que la administración Biden pretendía reindustrializar Estados Unidos y reducir su dependencia de China. Para ello, señaló, los aliados serían de gran ayuda.
«Queremos tener una cadena de suministro sólida con nuestros aliados y con países cuyos valores compartimos», afirmó. «Esta es otra de las razones por las que mantenemos conversaciones con nuestros aliados para asegurarnos de que podemos avanzar a buen ritmo y seguir construyendo esa columna vertebral».