“El sector industrial de la zona euro experimentó un declive más profundo al comienzo del cuarto trimestre del año. Los estudios ahora indican claramente que la economía manufacturera está en recesión“.
El sector manufacturero de la zona euro se adentró aún más en territorio de contracción, ya que la producción y los nuevos pedidos cayeron a unos ritmos raramente superados en los 25 años de recopilación de datos del PMI.
“Solo fue durante los peores meses de la pandemia y en el punto álgido de la crisis financiera mundial entre 2008 y 2009 que se registraron los declives más fuertes. Los factores que posiblemente agraven la recesión incluyen la inflación, que permanece obstinadamente elevada a pesar de la evidencia continua de que las presiones de las cadenas de suministro están disminuyendo. El sentimiento entre las empresas manufactureras se mantuvo arraigado en territorio negativo una vez más en octubre, lo que sugiere que las empresas prevén que estas condiciones desafiantes se extenderán hasta el 2023“, comentan en S&P Global Market Intelligence.
Así, el índice PMI del sector manufacturero de la zona euro, elaborado por S&P Global, se situó por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50 por cuarto mes consecutivo en octubre, hecho que indica una desaceleración sostenida de las condiciones del sector manufacturero. El índice cayó de 48,4 registrado en septiembre a 46,4, su nivel más bajo desde mayo de 2020.
La producción manufacturera de la zona euro continuó disminuyendo en octubre, extendiendo la actual secuencia de contracción que comenzó el pasado mes de junio. Según las empresas encuestadas, la caída de la demanda de los clientes fue un factor clave que impulsó estos menores volúmenes de producción. El nivel de nuevos pedidos recibidos se desplomó en octubre, lo que refleja la reducción de la demanda de los clientes en los mercados de la zona euro y de otras partes del mundo.
Los fabricantes de la zona euro también se enfrentaron a otro fuerte aumento de sus costes operativos en octubre.
Según las empresas encuestadas, los precios de la energía fueron un factor importante que incrementó los gastos. No obstante, la tasa de inflación de los costes de los insumos disminuyó y fue la segunda más débil desde principios de 2021.
Otro indicio de que las cadenas de suministro se están ajustando para satisfacer las demandas actuales del mercado ayudó a aliviar, al menos parcialmente, las presiones alcistas de los precios. El Índice de Plazos de Entrega de los Proveedores subió a su nivel más alto en más de dos años y estuvo apenas por debajo de su promedio a largo plazo del estudio en octubre, hecho que ayudó a reducir ligeramente la tasa de inflación de los precios cobrados hasta su segundo nivel más bajo desde abril de 2021.
De hecho, la menor presión de los proveedores se debió en parte a la caída de la demanda de insumos. La actividad de compra cayó en octubre al ritmo más rápido desde mayo de 2020. No obstante, los stocks de materias primas aumentaron debido a que algunas empresas acumularon reservas de existencias de seguridad para protegerse contra los riesgos de suministro y aumento de precios.
Mientras tanto, los datos de la encuesta de octubre señalaron la reducción más rápida de los pedidos pendientes de realización en el sector manufacturero de la zona euro desde mayo de 2020.
La escasez de nuevos pedidos en relación con la producción ayudó a las empresas a poner al día sus pedidos pendientes. No obstante, el crecimiento del empleo se mantuvo y aumentó ligeramente.
De los países de la zona euro estudiados, Irlanda fue el único que experimentó una mejora en octubre. Los países restantes registraron desaceleraciones más profundas de las condiciones operativas, y la mayoría registró el deterioro más rápido desde la conmoción inicial causada por la COVID-19 durante la primera mitad de 2020. España fue el país con el peor resultado en octubre, seguida de cerca por Alemania.
De cara al futuro, los fabricantes de la zona euro continúan esperando unos menores volúmenes de producción a lo largo de los próximos doce meses. Excluyendo los meses al inicio de la pandemia, el Índice de Producción Futura registró en octubre su lectura más baja desde que comenzó la serie en 2012. La alta inflación, la incertidumbre geopolítica y el empeoramiento de las condiciones económicas a nivel mundial apuntalaron la perspectiva pesimista.
DEBILIDAD INDUSTRIAL CADA VEZ MAYOR
“La evolución de los mercados energéticos seguirá siendo un foco clave de atención para los fabricantes de la zona euro durante el invierno. La racha de clima templado en toda Europa hasta ahora es un buen augurio y ha ayudado a bajar los precios mayoristas del gas. No obstante, seguimos conscientes del riesgo de que un frío atípico pueda aumentar la necesidad de racionamiento de la energía, causando trastornos generalizados en la producción manufacturera”, añaden en S&P Global Market Intelligence.
Por su parte, los analistas de Pantheon Macroeconomics destacan que los PMI manufactureros finales “confirman la historia de una debilidad cada vez mayor en el sector industrial de la zona euro” y aseguran que los datos “siguen siendo consistentes con las condiciones de recesión en la fabricación de la eurozona y un lastre continuo para el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre“.
“La fuerte caída de la demanda sigue siendo un lastre clave, ya que la inflación sigue aumentando y la incertidumbre es alta”, subrayan en Oxford Economics, que creen que “los PMI reiteran el mensaje: la dirección de viaje para la industria de la eurozona es clara. Seguimos esperando una recesión industrial en los próximos trimestres“.
Los datos muestran una tormenta perfecta, indican en eToro. “Porque se junta un descenso de la producción, de los pedidos y una caída de la demanda de los clientes, junto con un incremento de los costes operativo. Esto, unido a un sentimiento negativo de las empresas que piensan que la situación se puede alargar hasta 2023, genera esta contracción del sector industrial en la zona euro”.