Un nuevo toque al BCE para que pise el acelerador
- Los analistas creen que el pico de inflación en la zona euro está aún por llegar
- El descenso de la inflación en Alemania es un espejismo por las medidas del Gobierno
- La inflación subyacente se modera una décima hasta el 3,7% en junio
El IPC armonizado en la Eurozona se ha situado en el 8,6% interanual en junio (cinco décimas por encima del de mayo). Otra vez más, el dato de inflación de la zona euro ha superado las previsiones de los expertos (8,4% de consenso) y vuelve a poner dar otro toque al Banco Central Europeo para que suba los tipos de interés más rápido. Aunque el IPC de Alemania ha sorprendido a la baja, la inflación ha vuelto a subir en el resto de grandes economías. Para colmo, el respiro en la inflación alemana tiene toda la pinta de ser simplemente algo temporal (medidas extraordinarias aplicadas por el Gobierno). El crecimiento económico pierda fuerza y la inflación la gana. Este es un cóctel peligroso para la economía y un rompecabezas para el BCE.
La energía y los alimentos han vuelto a ser por sexto mes del año el principal factor del incremento de los precios, con una tasa anual de crecimiento del 41,9% en la primera, que supone un aumento de más de dos puntos en comparación con el mes anterior, pero dos puntos inferior al 44% observado en marzo.
El disparado dato de inflación en España (el IPC se situó en el 10,2%) fue la primera pieza del puzle de la inflación de la Eurozona. Los precios en España fulminaron las previsiones, lo que anticipaba un dato potente para el conjunto de la zona euro. La inflación genera importantes efectos redistributivos que deja a ganadores y perdedores en la sociedad.
Sin embargo, pocas horas después, Alemania publicó una inflación del 8,2% (la armonizada), unas cuatro décimas por debajo de lo previsto. Alemania es el país con una mayor ponderación a la hora de componer el IPC armonizado de la zona euro. Pero la ‘alegría’ duró poco. Francia anunció poco después que su IPC tocaba máximos desde 1985.
Faltaba una pieza de este puzle: Italia. El país transalpino ha inclinado finalmente la inflación hacia arriba tras presentar un dato de IPC en el 8,5%, frente al 7,8% que habían calculado los expertos.
Faltaba una pieza de este puzle: Italia. El país transalpino ha inclinado finalmente la inflación hacia arriba tras presentar un dato de IPC en el 8,5%, frente al 7,8% que habían calculado los expertos.
Un respiro temporal en Alemania
Los expertos creen que el respiro en la inflación alemana es temporal, puesto que «la caída se debió principalmente a los recortes en los impuestos sobre el combustible y las fuertes reducciones en el precio del transporte público. Salvo estas reducciones de precios inducidas por el gobierno, la inflación de la Europa parece haber aumentado en junio», aseguran desde ABN Amro.
Los economistas de Deutsche Bank creen que lo peor están aún por llegar: «Aunque la cifra de inflación de junio ha sido un poco más suave de lo que se esperaba, la caída en la lectura anual aún contiene pocos indicios de que la presión subyacente haya disminuido. Esta sentencia considera específicamente las dos medidas de alivio (temporales) del gobierno, destinadas a amortiguar el impacto de la inflación en los consumidores (reducción del impuesto energético sobre los combustibles, introducción de un billete de transporte público mensual de solo 9 EUR), que podrían haber reducido el precio al consumidor en hasta en 85 puntos básicos».
Los analistas de Danske Bank creen que en la zona euro «el aumento de los precios de los alimentos y la energía debería seguir elevando la inflación general hasta el 8,5% (desde el 8,1 % de mayo), dejando poco margen para la complacencia por parte del BCE». Estos analistas sostienen que la inflación en la zona euro seguirá subiendo durante el verano.
Los analistas de Commerbank señalan que estos datos ponen al BCE contra las cuerdas. Los economistas del banco alemán no se muerden la lengua: el BCE tiene que anunciar una subida de tipos de más de 25 puntos básicos en la reunión de julio, algo que por otro lado parece poco probable.
«En todo caso, la inflación en la zona del euro ha cobrado impulso en los últimos meses. La tasa de inflación probablemente no alcanzará su punto máximo hasta el otoño. Esto se debe a que es probable que los precios de la energía se mantengan altos por el momento en vista de la guerra en curso en Ucrania. Al mismo tiempo, el suministro de bienes se ve restringido por continuos cuellos de botella en el suministro y el material. El aumento resultante en los costos de producción ahora se está trasladando de las empresas a los consumidores en una medida cada vez mayor.
«Al BCE difícilmente le gustarán los datos de precios al consumidor de hoy. La previsión de inflación del BCE ha quedado ya obsoleta pese a que se publicó hace apenas cuatro semanas. Según estas previsiones, se esperaba que la tasa de inflación subiera al 7,5% en el segundo trimestre. La realidad es que ya ha subido hasta el 8,0%», comentan los economistas de Commerzbank. El futuro para los precios no parece mucho mejor, aunque algunos sectores comiencen a experimentar mejoras, la inflación parece haber llegado para quedarse.
«Incluso si no se interrumpe el suministro de petróleo y gas ruso y el aumento interanual de los precios de la energía cae significativamente, es probable que la tasa de inflación se mantenga en torno al 7,5% a finales de año», advierten estos analistas.
Fuente: Canal digital eleconomista
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